Absueltos dos aparejadores de Burgos de un posible caso de imprudencia

La Audiencia Provincial de Burgos ha absuelto a los aparejadores Juan Luis González de Ubieta y Antonio Miguel Méndez Pozo, propietario de la inmobiliaria Río Vena, de un presunto delito de imprudencia temeraria con resultado de homicidio por el que la acusación pedía para cada uno de ellos seis años de prisión.Los hechos se remontan a julio de 1984 cuando un viandante, Luis Aparicio García, de 49 años, resultó muerto por el desprendimiento de la cornisa de un edificio construido por la citada inmobiliaria, de cuyas obras eran aparejadores los dos procesados.

El citado edificio llevaba construido únicamente tres años, y, según la acusación particular, el desprendimiento se produjo por una ejecución defectuosa de la obra consistente en que la masa del mortero estaba mal aplicada. Esta tesis fue corroborada por el informe pericial encargado por el juzgado al arquitecto Gonzalo Fernández.

Esta argumentación no fue tenida en cuenta durante el juicio por el fiscal Gregorio Segurado, que en sus conclusiones solicitó la libre absolución por considerar que en el caso no había ninguna infracción penal. Antes del juicio el fiscal había pedido su sobreseimiento basándose en un informe técnico de José María Carracedo, ingeniero y superdelegado en Burgos de la Junta autonómica, que es socio de uno de los procesados, Méndez Pozo. Ambos se encuentran también, junto con el alcalde y dos tenientes de alcalde de la corporación entre los denunciados por la Federación de Empresarios de la Construcción por presuntas irregularidades urbanísticas.