El salario mínimo
En unas declaraciones de José María Benegas, publicadas en EL PAÍS del pasado 21 de enero, el dirigente socialista destacaba el importante aumento del salario mínimo durante los últimos años. Como todo trabajador sabe, un dato sobre aumento salarial en términos monetarios no tiene ningún significado si no se compara con el aumento del nivel de los precios. En el período 1982-1987, el aumento del salario mínimo es ciertamente importante, de un 48,2%. Sin embargo, el aumento del indicador oficial de los precios de los bienes de consumo (IPC) es de un 55,7%, si acumulamos los aumentos de los promedios anuales, que son los realmente relevantes para estudiar el poder adquisitivo. De estos dos datos puede deducirse que, si deflactamos la evolución del salario mínimo según la evolución del citado indicador de precios, la reducción en el poder adquisitivo de dicho salario se aproxima al 5%.Otro dato que para Benegas refleja una mejor situación social es la evolución de la renta nacional per cápita. Aparte de que los valores que cita tendrían también que deflactarse de acuerdo a algún índice de precios, incluso los manuales de economía más convencionales lo consideran un mal indicador del nivel de bienestar social de un país. Porque el promedio nada dice sobre cómo se distribuye la renta entre las diferentes personas y sectores sociales, y en el haber de los gobiernos socialistas está que, por primera vez desde la mitad de los años sesenta, el valor total de las rentas salariales es inferior al de las rentas no salariales. La polémica sobre si hoy se vive mejor o peor que en el año 1982 está mal planteada: ciertamente hay quien hoy vive mejor y hay quien hoy vive peor. Entre los primeros, es seguro que ni se encuentran los asalariados que cobran el salario mínimo ni los parados que tienen un subsidio ligado al valor del salario mínimo.- Jordi Roca Jusmet.
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