´La mujer de la cartera' pide recompensa

La policía no puede asegurar aún quién es el máximo cerebro del secuestro de la niña Melodie Kim Nakachian, a pesar de las activas investigaciones que realiza con la colaboración de las autoridades francesas. Por otra parte, Paloma A., la mujer que encontró la cartera que sirvió de pista fundamental para identificar a los secuestradores, confía en cobrar la recompensa ofrecida por empresarios turísticos y por los padres de la niña. El importe de estas recompensas asciende a 15 millones de pesetas, de los que 10 corresponden a los empresarios, y cinco, a la familia, según informa José Antonio Frías.

Paloma, empleada en una entidad bancaria de la capital malagueña, ha declarado: "Si, tal como la policía ha reconocido, la cartera fue una pista decisiva, lo lógico y lo normal es que yo cobre ese dinero, como en su día prometieron públicamente empresarios y familiares".

La citada mujer encontró la cartera en una calle de Benalmádena, y se la entregó a un sacerdote. Este la puso a disposición de la policía al comprobar que contenía una anotación en la que aparecía el nombre de Melodie.

Fredie Auray, de 33 años; Constant Georgeaux, de 34, y el español Ángel García Menéndez, de 40, fueron puestos ayer a disposición judicial. Mientras tanto, siguen los rastreos para localizar a Jean-Louis Camerini, de 37 años, el peligroso delincuente que logró escapar tras mantener un tiroteo con la policía en la gasolinera de San Pedro de Alcántara.

En Francia continúan detenidos Antoine Espin, Jocelyne Chabry, Idir Idjeraoui y Jean-Pierre Santul, dueño de una empresa en Gibraltar y un negocio de jabones.

Este último está considerado el cerebro de la acción materíal del secuestro, pero parece que él obedecía órdenes de otro individuo.

Los investigadores del caso, que cuentan con el apoyo de seis inspectores franceses desplazados a Málaga, están tratando de identificar y detener a un mafioso francés que podría ser el máximo responsable del rapto de la chiquilla. Parece que este individuo es propietario de una cadena de máquinas expendedoras de preservativos. Huyó de Marbella antes de la liberación de Melodie.

Fuentes policiales han manifestado que "la idea del secuestro surgió en Marbella y se concretó después en la cárcel francesa de Toulouse".