La Moncloa, un Cambridge para el comisario Céspedes
J. G. I., Manuel Céspedes, nombrado ayer delegado gubernamental en Melilla, combate, en voz alta, su inicial preocupación por la sentencia popular de que "nadie es profeta en su tierra" con la reflexión de que, para él, "estos cuatro años en la Moncloa han sido como un ir a Oxford, Cambridge y La Sorbona a la vez". "He asistido a conversaciones muy interesantes", dice. "He estado al lado", añade con el orgullo de un discípulo encandilado, "de un líder de los que salen uno cada cien años".
Para probar su aprendizaje y mostrar que ha asumido los métodos de la política, demuestra recordar las numerosas veces en que Felipe González "ha hablado de que en el proceso de Contadora la paz no es el fin último, pero sí un instrumento necesario para llegar al desarrollo, la justicia social, la igualdad". "Y eso", sentencia, "me caló". "En Melilla", parafrasea al presidente del Gobierno, "el fin último no es lograr el restablecimiento de la convivencia, pero sí es un instrumento imprescindible"
Cuando se le pregunta cómo piensa demostrar en su ciudad natal -en la que ya estuvo destinado como miembro del Cuerpo Superior de Policía- que su llegada no representa un exclusivo recurso a las medidas policiales para resolver los enfrentamientos entre el colectivo cristiano y el musulmán, Céspedes afirma: "Voy a predicar con los hechos. Quizá porque procedo de una organización muy jerarquizada en la que se cumplen las instrucciones superiores, yo voy a resolver políticamente los problemas porque ése es el mandato que se me ha dado".
Céspedes defiende que se va a entender" con Ahomar Mohamedi Dudú, líder del colectivo musulmán. "Los dos", subraya, "somos dos híbridos, en sentido cultural: él es un melillense con un poco más de musulmán y yo con un poco más de cristiano".
El hasta ayer jefe de seguridad del presidente del Gobierno -puesto al que llegó en 1982 después de haber dirigido la protección de González en la campaña electoral de ese año- fue advertido por el presidente de su nombramiento nada más volver de las vacaciones de verano en el Coto de Doñana, el pasado día 20, pese a que ambos habían compartido en Huelva durante muchas horas su afición a la pesca.
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