Dalí firmó en 1984 un documento notarial en el que afirmaba no querer ver a su familia

Salvador Dalí firmó un documento notarial, con fecha 27 de septiembre de 1984, en el que afirma explícitamente que rechaza una vez más la actitud de su hermana y del resto de su familia, a la que desea no ver ni tener relación alguna con ella. Este documento, suscrito mientras el pintor estaba internado en una clínica barcelonesa, lo utilizará Robert Descharnes, secretario del pintor, en un juicio que ayer se inició en Nanterre (París) para entender de una querella por difamación presentada por Descharnes contra Le Journal du Dimanche.

El citado documento fue suscrito por Dalí ante el notario Tomás Jiménez Duart mientras estaba internado en la clínica del Pilar de Barcelona reponiéndose de las quemaduras sufridas en Púbol (Gerona) el 30 de agosto de 1984.El documento consta de tres apartados. El primero explicita el rechazo de Dalí hacia su familia. En el segundo agradece las ayudas recibidas de sus colaboradores y amigos: el abogado Miguel Domènech, Robert Descharnes, el pintor Antoni Pitxot y su chófer, Arturo Caminada. El texto concluye con la petición al abogado Miguel Domènech para que adopte las medidas y acciones necesarias en defensa de su persona y bienes. La vista del juicio por la querella por difamación presentada por Descharnes en un tribunal de Nanterre (París) contra Le journal du Dimanche congregó ayer a una serie de personas muy vincula das al entorno de Dalí.

A favor de Descharnes intervinieron el editor Antonio López, la enfermera Dolors Solà y Miguel Domènech. Enviaron cartas en este sentido, Antoni Pitxot, el periodista Antoni Serra y dos especialistas de las firmas Sotheby's y Christie's, que refrendaron la competencia de Descharnes como autent1ficador de la obra daliniana. En contra de Descharnes han sido cita dos el pintor J. J. Tharrats, el escritor Luis Romero, el estudioso Santos Torroella, la enfermera Helga Ferrer y los editores John Strade y Pierre Argilet.

La crónica motivo de querella denunciaba el aislamiento a que había sido sometido Dalí por Descharnes y sus más próximos colaboradores, su negligencia en el cuidado del pintor tras el incendio de Púbol, la desprotección de la obra de Dalí, el uso -por parte de Descharnes- de un sello falsificado del pintor, y se criticaba a la Fundación Gala-Dalí como entidad con intereses privados. Las declaraciones de quienes participan de estas opiniones se basaron, fundamentalmente, en noticias de la Prensa española y en la dificultad para acceder al pintor.