¿Funcionarios ubicuos?

Los empleados de la Administración, un colectivo que tradicionalmente ha demostrado escaso entusiasmo por la afiliación sindical, han sido convocados en los últimos siete días a seis huelgas distintas. Catedráticos y titulares de Universidad, maestros de taller, funcionarios de los cuerpos generales de la Administración pública, contratados administrativos, funcionarios de los altos cuerpos e inspectores escolares han visto cómo quienes dicen ser sus representantes han facilitado unas cifras de participación en los paros que llevan a pensar si los funcionarios habrán sido agraciados con el don de la ubicuidad.

Al margen de la justicia que tengan las reivindicaciones, lo que no resulta lógico es que Presidencia hable de una participación "casi imperceptible" cuando la Plataforma Independiente asegura que en la huelga que convocó 800.000 funcionarios se cruzaron de brazos. Como tampoco se entiende que, en el llamamiento de CC OO y UGT, la Administración reitere unos resultados "pésimos" para los convocantes y éstos hablen de 500.000 seguidores de la protesta. Es cierto que no es fácil contabilizar el apoyo de un colectivo que, si deja de trabajar por unas horas, no altera el servicio público; o que ficha primero y después sale a sumarse a la concentración o la asamblea. Pero no es serio que se hable de paros del 100% en provincias como Tarragona, donde la Administración daba cuenta de la huelga de un solo funcionario, o que los catedráticos anuncien "paro total" en universidades en las que el télex remitido por el rector decía: "Normalidad absoluta".