La obra polifacética de Enrique Herreros, expuesta en Madrid

La obra pictórica de Enrique Herreros (Madrid 1903-1977), constituye la base de la exposición-homenaje que el Ayuntamiento madrileño ha organizado en el Cuartel del Conde Duque y que se abre hoy. Su óleos, collages, grabados, caricaturas o fotografías sirven en esta ocasión para recordar la obra y la vida de una persona que participó de lleno en los más diferentes campos artísticos y que murió en Potes (Cantabria), donde, con 74 años, practicaba el alpinismo.

La mayor parte del material que desde hoy, martes, puede verse en la sala Juan Gris del Cuartel ha sido cedida por su hijo Enrique, asesor de la exposición.De Enrique Herreros se conocen, especialmente, los cientos de dibujos y caricaturas que durante 17 años realizara en la revista de humor La Codorniz, donde llegó a firmar 60 portadas, parte de las cuales se exhiben ahora en este homenaje.

Están las ilustraciones que realizara para cinco diferentes colecciones de El Quijote -Herreros llegó a conseguir más de 300 ediciones de la obra de Cervantes-; las escenas matritenses que él, como malasañero de la calle de San Andrés supo captar con gran ironía y ternura; la colección de dibujos chinos, todos ellos de carácter erótico, y un sinnúmero de chistes, algunos publicados y otros inéditos, a los que Herreros dedicó incontables horas de su vida.

Pero para Enrique Herreros el arte no estaba sólo en sus pinturas y grabados, sino que, además de escribir o pintar carteles, el señor de la gorra a cuadritos, como se le conocía en todas partes, no podía quedar al margen de la última manifestación artística del momento. Herreros entró en el cine como publicista, actor, director y, por supuesto, como descubridor de Sara Montiel. De toda esta trayectoria artística y, sobre todo, vitalista, se da cuenta en la exposición-homenaje.