Unos musulmanes belicosos y aparte
Los drusos, que constituyen, aproximadamente, el 10% de la población libanesa -lo que les convierte en la quinta etnia del país sobre un total de 16- son tradicionalmente conocidos por su espíritu belicoso. Su particular interpretación de la doctrina islámica les hizo objeto de duras persecuciones a lo largo de la historia.Los drusos se denominan a sí mismos Al-Muahhidun (monoteístas). Su religión es difícil de clasificar y constituye un sincretismo de diversas doctrinas: comprende elementos islámicos, cristianos, agnósticos, judíos y de la antigua filosofía griega.
Su credo surgió a principios del siglo XI en El Cairo, de donde se extendió a Siria, Jordania, Israel y la zona de las montañas del Chuf, al este de Líbano. Su fundador fue un enigmático y extravagante califa de la dinastía fatimita, Al-Hakim, que alternó la tiranía más cruel con períodos de intenso ascetismo y liberalidad.
Su desaparición forma parte de la leyenda, aunque la hipótesis más aceptada es que fue víctima de un asesinato. Sin embargo, para sus seguidores, que lo adoran como a una divinidad, Al-Hakim se retiró temporalmente del mundo para volver un día y juzgar al mundo dos veces. En el último y definitivo juicio, juzgará a los cristianos, judíos, musulmanes (a los que tratará con dureza) y al resto de los monoteístas. Los justos serán premiados con el poder, el reino, oro, plata y propiedades.
El misterio es una constante en la historia de los drusos, que son muy reservados a la hora de hablar de sus creencias. No todos sus creyentes conocen las enseñanzas secretas de su religión, que están reservadas a los. iniciados o espirituales, frente a los profanos o corporales, a los que no está permitido difundirlas.
Los drusos forman una comunidad aparte dentro de los musulmanes, ya que no consideran el Corán como el libro sagrado, poseen unas leyes que no tienen nada que ver con la ley islámica, no observan las obligaciones que derivan de los principios del Islam (como son el ayuno y la peregrinación a La Meca), no tienen mezquitas y utilizan como lugares de culto edificios austeros sin ningún elemento decorativo.
A diferencia de los cristianos, en tiempos de persecuciones los drusos están autorizados por su religión a negar su fe para salvar su vida. Frente al islamismo, ortodoxo, creen en la metempsícosis, transmigración de las almas.
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