Satisfacción, resignacion y rechazo en la RFA
La decisión tomada por los diferentes miembros del Sistema Monetario Europeo (SME), tras un fin de semana de conversaciones maratonianas, ha sido recibida en la República Federal de Alemania (RFA) por los organismos públicos y privados con satisfacción, resignación y hasta rechazo, según las reacciones, práctica mente inmediatas, que se han dado en este país. El ministro federal de Economía, el conde Otto Lambsdorf, que casi con seguridad formará parte del nuevo Gabinete ministerial, comentó que la medida era un claro signo de que el marco ofrece cada vez más confianza en los mercados internacionales de divisas, debido a su clara estabilidad y "a la, política de respaldo que desarrollan el Gobierno y el Banco Federal". Pero, mientras la Federación de Bancos Alemanes y Cajas de Ahorro consideran inevitable el ajuste de paridades en el Sistema Monetario Europeo, la Asociación Federal de Cajas Rurales y Bancos Populares abogan por que en la Comunidad Económica Europea se llegue al cambio libre de divisas, aunque sea a costa de la desaparición del SME, y que el marco pueda fluctuar libremente en los mercados internacionales.Las reacciones más negativas han corrido a cargo del sector industrial, que verá afectadas fuertemente sus exportaciones, aunque la industria alemana puede continuar siendo competitiva apoyándose en sus bajos costos y precios frente a las de otros países europeos. Así, la Asociación Alemana de Industria (BDI) comunicó nada más conocerse la nueva paridad monetaria que "nos sentimos preocupados por las nuevas cargas gravosas a nuestra exportación".
Lo que ha quedado claro para la totalidad de los observadores económicos y financieros germanos es que la República Federal de Alemania se ha visto obligada a ceder nuevamente frente a los miembros del Sistema Monetario Europeo, que son incapaces de realizar una política más estabilizadora y se ven libres de mantener una disciplina monetaria.
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