Europa Nostra premia al pueblo aragonés de Mirambel

El pueblo aragonés de Mirambel, de la provincia de Huesca, ha sido galardonado con una de las cinco medallas de oro que acaba de conceder para Europa la Federación Internacional de Asociaciones para la Protección de la Cultura Europea y su Herencia Natural, Europa Nostra. En Mirambel, Europa Nostra premia la restauración integral y el engalanamiento de una antigua villa mudéjar, del siglo XVI, a cargo de los presupuestos del Estado.Este pueblo del Maestrazgo aragonés es el primero que recibe en España este galardón, al que se presentan cada año medio millar de proyectos de 25 países de la Europa occidental. Según Carmen Salas, representante de Hispania Nostra en la federación Europa Nostra desde hace cuatro años, se trata de "una extraordinaria restauración integral que sólo puede llevar a cabo el Estado pues incluye obra en los edificios y, también, el adecentamiento y la mejora del conjunto, suprimiendo cables, urbanizando las calles, creando zonas peatonales, etcétera".

La restauración de Mirambel es obra del arquitecto Fernández de Miguel, con presupuesto de la Dirección General de Arquitectura.

Para Carmen Salas, la concesión de esta medalla de oro adquiere un valor extraordinario "teniendo en cuenta que a ella aspiraban países con mucha mayor tradición en la conservación de su patrimonio cultural".

Los otros conjuntos galardonados pertenecen a Dinamarca, con la restauración del castillo y los alrededores de Norre Wosborg; la República Federal de Alemania, por la recuperación de Trier para actividades culturales Italia, por la excelente restauración del Palazzo Bollani de Venecia, y el Reino Unido, por la revitalización del centro de Chesterfield.

Respecto a los otros premios de Europa Nostra, los diplomas para la Fundación Santillana por su restauración de la torre de Don Borja, de Santillana del Mar, y para el abogado Rafael Pérez Escolar por la reforma del monasterio cisterciense de Santa María de Bugedo, Carmen Salas destaca, en el primer caso, la labor cultural de la Fundación, "que ha recuperado un monumento en ruinas para una finalidad de vida, concretamente cultural", y, en el caso del monasterio burgalés, "la restauración que en él ha realizado un particular".