Reflexión desde Grecia

Pese a que Papandreu haya desescalado gradualmente sus posiciones adversas a la OTAN y a la CEE, ha conservado, para lo primero,una clara definición revisionista. Varias son, en este sentido, las cosas que explican un fenómeno que es mucho más que reticencia antiatlantista. He aquí algunas: que la OTAN transigiera con la Junta Militar, por más que la OTAN permitieta luego el pacífico regreso de Grecia a la democracia; que la OTAN no valiera para frenar la ocupación turca sobre Chipre. Ahí he logrado Papandreu una síntesis vigorosa entre el irredentismo nacionalista griego y el amor menos que paternal de los giegos por la libertad política. De la diferencia entre el debe y el haber en las cuentas de Grecia con la OTAN se pasa a beneficiar, potencialmente al menos, la Unión Soviética; en un cuarto creciente, al otro extremo del Mediterráneo, que no es lo que pudiera llamarse un claro de luna para los dispositivos e intereses norteamericanos. En su antiatlantismo, Andreas Papandreu rinde homenaje póstumo al neutralismo del desaparecido Makarios. En cierto modo, Chipre es como el Gibraltar de los griegos. ( ... ).20 de octubre.