Un geógrafo francés parece haber descubierto la mítica ciudad de Tartessos

Tras muchos años de búsqueda parece ser que, por fin, se ha descubierto la mítica ciudad de Tartessos, capital de una de las culturas más importantes de la Antigüedad, y cuyos datos han permanecido hasta la fecha ocultos o envueltos en la leyenda. Este descubrimiento se debe al geógrafo francés Loic Menenteau, que desde 1972 está realizando estudios geomorfológicos en las marismas del Guadalquivir y el litoral suratlántico por encargo del Ministerio español de Asuntos Exteriores, para conocer la evolución de esta costa en los últimos 20.000 años.

Loic Menenteau observó que el Guadalquivir desemboca al mar cerca de la actual ciudad de Lebrija, existiendo un lago litoral y dos islas a la entrada de este lago. En la isla próxima a la margen izquierda se encuentra el actual bosque de La Algaida, y es donde podría estar situada la ciudad de Tartessos. Esto se apoyaría en las descripciones que hicieron de la zona los historiadores Avieno, Estragón y Pomponio Mela, que señalaban la existencia de varios brazos en la desembocadura del Guadalquivir y un lago interior, el Ligustino. En la isla donde se hallaba Tartessos estaba también el santuario conocido por los romanos como Lux Dubiae (Luz del Crepúsculo), y por los griegos como Phosphoros. Este santuario hace tiempo que fue descubierto y está siendo estudiado por arqueólogos del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz.La configuración en la Antigüedad de esta isla (de unos dieciocho kilómetros de perímetro) puede observarse en fotos aéreas realizadas por la US Air Force, en 1958, así como fotografías de rayos infrarrojos. También se explicaría así el descubrimiento en antiguos poblados de la zona, como Hasta Regia y Lebrija, de restos de muelles, lo que confirma la existencia de un lago interior. También se están estudiando conchas marinas existentes bajo las dunas del monte, situado en las proximidades. En la prueba del carbono 14 se verifican las teorías de Loic Menenteau.

La antigua isla está destruida en parte por el paso del río y aún puede observarse desde tierra el antiguo cauce del Guadalquivir, que rodeaba esta isla formando un meandro.

Hallazgos en La Algaida

En La Algaida, a unos veinte kilómetros de Sanlúcar de Barrameda, hace tiempo que se están realizando excavaciones con dinero de los fondos del empleo comunitario. Se ha descubierto un santuario a cielo abierto y pequeños compartimentos anejos. Se han encontrado 15.000 piezas de interés arqueológico en su mayoría exvotos, anillos, collares, figurillas etruscas, fíbulas griegas y romanas, escarabeos egipcios, etcétera. Es decir, objetos de todo el mundo conocido en aquellos momentos, probablemente ofrendas a los dioses por haber realizado un buen viaje o para solicitar suerte por emprender uno. Las piezas estaban en su mayoría en los mencionados habitáculos. También se han descubierto los restos de un muelle y de una calzada.De Tartessos se habla pródigamente en la mayoría de los textos clásicos, como Platón o la misma Biblia. Por ejemplo, el personaje bíblico Jonás fue escupido por la ballena que le transportaba «frente a las costas de Tarfich». A partir de la batalla naval de Alalia (535 antes de Cristo) desapareció ese pueblo. Los cartagineses pasaron a dominar la zona y durante años cerraron el paso por el estrecho de Gibraltar, lo que ha hecho que todo lo relativo a este pueblo se vea envuelto en la leyenda. Desde entonces, lo histórico se ha mezclado con la mitología, y muchos investigadores se han preocupado por el tema. El más famoso ha sido el alemán Adolf Shuleen, que buscó esta mítica ciudad en la duna del coto de Doñana. También se ha intentado localizar en otras zonas del litoral, tanto en la provincia de Huelva como en la de Cádiz.