El convenio del metal

Sin entrar en la forma ni en el fondo de la «Tribuna libre» de Marcos Peña aparecida el día 5 del corriente mes, y sin pretender polemizar con mi compañero Alfredo Arija (de la oficina de prensa confederal de UGT), pero en honor a la verdad, me veo en la obligación moral de salir al paso de cierta afirmación que considero gratuita, falta de fundamento y claramente subjetiva en la «carta al director» que Arija publica en EL PAÍS del miércoles 13 de febrero.Primero, tengo que decir que he negociado los convenios del metal de 1978, 1979 y el del año en curso, 1980, y los tres, bajo la presidencia de Marcos Peña. En las tres ocasiones, Marcos Peña fue propuesto y aceptado como presidente -entre diferentes candidatos- por las partes en litigio (representación empresarial y de los trabajadores) al considerarle capacidad suficiente, responsabilidad probada, objetividad e imparcialidad.

En cuanto al tema concreto que nos ocupa (el provincial del metal para 1980), la actuación de Marcos

Peña ha sido en todo momento de gran ayuda, pues, sin haber interferido en la negociación, supo en cualquier caso acercar a las partes en sus discrepancias, consiguiendo, con gran tacto y habilidad, que la mesa de negociación no se rompiera, tanto en los momentos conflictivos entre UGT y CCOO como entre las representaciones sindicales y empresarial.

Fruto del buen hacer de la presidencia, se ha podido firmar el convenio principal del metal 1980. Mi reconocimiento, por tanto, a Marcos Peña Pinto.

(portavoz de UGT en la negociación del convenio y secretario general del metal-Madrid)