La Gran Mezquita de La Meca, sitiada para rendir por hambre a sus asaltantes

Las fuerzas de seguridad saudíes han decidido sitiar la gran mezquita Haram al Charif, de La Meca, hasta que sus últimos asaltantes se rindan por hambre, informaron fuentes de esta capital.Pero otras fuentes saudíes afirmaron que continúan los violentos enfrentamientos entre los atrincherados en la última planta del enorme edificio y las tropas saudíes, y que los disparos se escuchan en varios kilómetros a la redonda.

Mientras unos afirmaban que las fuerzas de seguridad avanzan con suma cautela en el interior del recinto, a fin de que la mezquita, el santuario más importante del Islam, no sufra ningún daño, otros manifestaban que las tropas emplean todos sus recursos para expulsar a los últimos «heréticos» del templo.

Según un testigo presencial, las tropas, que ixinantienen acordonada toda la zona», arrienazan con disparar «contra cualquiera que se acerque al lugar».

El periódico jordano Al Kai afirmaba ayer que el jefe de los asaltantes, Mohamed Abdallah, de veintiséis años de edad, murió el viernes a manos de las fuerzas de seguridad saudíes.

El imán de la gran mezquita de La Meca, jeque Mohamed Sabil, identificó al líder del,comando como un estudiante de la ley islámica de la Universidad de La Meca.

Unas 10.000 personas se manifestaron anoche en Yeddali, ciudad portuaria saudí en el mar Rojo, por el atentado perpetrado contra la gran mezquita de La Meca, centro religioso por excelencia del Islam, dijo ayer radio Riad.

Por otra parte, el secretario norteamericano del Tesoro, William Miller, que llegó el viernes a Riad, inició ayer dos días de consultas con altos funcionarios saudies.

Las reuniones de Miller con los ministros saudíes de Petróleo y Economía forman parte de una serie de visitas anuales de los representat tes norteamericanos destinadas a convencer a Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, a controlar el precio de este producto.

Miller dijo que tratará de convencer a los saudíes de que mantengan su actual ritmo de producción petrolífera -9,5 millones de barriles diarios- durante bastante tiempo, con el fin de reducir las presiones que aumeritan el precio de este producto.