Las nuevas armas dividen a la socialdemocracia alemana

Con la reunión en La Haya del grupo de planificación nuclear del Pacto Atlántico, comienza también para los alemanes la última fase decisoria sobre la producción y establecimiento de los misiles nucleares de alcance medio. El Partido Socialdemócrata se encuentra en estos momentos dividido en dos mitades casi iguales. Se calcula que un 40% de los delegados que acudirán al congreso socialdemócrata de Berlín, a partir del próximo 3 de diciembre, es absolutamente contrario a la instalación de cohetes atómicos en suelo alemán.En Bonn se confía en un nuevo gesto soviético, complementario de la oferta de Brejnev en Berlín oriental. No se descarta la posibilidad de que el ministro de Asuntos Exteriores de Moscú, Andrei Gromiko, presente al canciller Schmidt, en Bonn, el próximo día 21, Día de Oración y Penitencia en el calendario federal, un plan más amplio de retirada de tropas y armas convencionales al otro lado de la frontera entre los dos bloques. Aunque a estas alturas de la discusión sobre el tema la directiva del Partido Socialdemócrata dice ser una piña en torno al canciller, que también es vicepresidente del partido, no obstante siguen produciéndose matizaciones no desdeñables. Willy Brandt, jefe de la socialdemocracia, ha advertido del peligro que comportaría estirar demasiado la débil amarra que han lanzado los soviéticos, por el afán de obtener el mayor beneficio imaginable para Occidente. Contrastan con la actitud de Brandt las del ministro de Defensa, Hans Apel, y del segundo jefe de la fracción socialdemocrata en el Parlamento, Horst Ehmke, partidarios a ultranza de la «modernización» de los misiles.

En instancias inferiores, al menos seis organizaciones regionales de la socialdemocracia se han manifestado claramente en contra de esta medida.