Hágase lo que sea preciso

«"No habrá vacío ni existirá ausencia de autoridad", aseguró el presidente del Gobierno al anungiar la disolución de las Cortes. La autoridad va a hacer mucha falta, porque nos encontramos -y terribles pruebas no dejan lugar a dudas- ante una nueva ofensiva del terrorismo. No es preciso insistir en los sentimientos que produce en la opinión pública una muerte como la que ayer encontró el general Ortín. No es necesario reiterar la repulsa e indignación que provocan esas salvajadas, porque, a fuerza de repetirlas, podrían antojarse rutinarias cuando lo cierto es que son expresión de un muy sentido íntimo rechazo. Es hora, eso sí, de reflejar una preocupación muy generalizada y latente que va creciendo en igual medida que también aumenta la ola de violencia. Una preocupación que vuelve a colocar el problema de la seguridad y del orden público en primerísima línea, por delante de otros problemas, no menos vitales. Por delante, desde luego, de cualquier interés político de partido, por mucho que se esté jugando su porvenir en la campaña electoral, prácticartiente iniciada.El Gobierno, que hará bien en seguir dando la sensación de no perder la serenidad y en conservar la sangre fría, debe, sin embargo, demostrar de manera muy feha ciente, que funcionan las palancas del poder, que sabe hacer frente a sus responsabilidades y que es capaz de acabar con la impunidad en la que se están moviendo los autores de tantos dramáticos episodios.

Si para ello es preciso tomar medidas de excepción, que las tome; ya es hora. La democracia no excluye el ejercicio de la autoridad. Y si el terrorismo le tiene declarada la guerra al orden democrático, hay que ser capaz de replicarle usando de los recursos que la sociedad confiere al Estado para su protección. Cuando la estabilidad de las instituciones está en peligro, la misma paz social es la que se pone en juego. Y es lícito, por tanto, reclamar una eficaz acción de gobierno en defensa de la paz contra sus peores enemigos. "Sin ambigüedades", tal como anoche afirmó el señor Martín Villa. »

4 enero