La venta de armas, parte de la negociación
Las dificultades surgidas a última hora en la firma del acuerdo pesquero hispano-mauritano tienen un carácter más político que comercial. Según observadores políticos, Mauritania insiste en la globalización de las relaciones, especialmente en lo referido al Sahara occidental.Preocupa al Gobierno mauritano la decisión del Gobierno español de suspender en fecha próxima, aún no determinada, el envío de armas españolas. El Gobierno hispano, en su deseo de buscar y conseguir un auténtico «status» de país tercero de cara al cbriflicto del Sahara, desea retirar sus suministros bélicos a Marruecos y Mauritania, y, como mucho, mantener, durante algún tiempo, el envío de recambios de elementos no ofensivos, como camiones.
Este debate confirma ahora tres cosas: que el Gobierno español mantiene, por el momento, el envío de material bélico a Marruecos y Mauritania -que según varias informaciones procede de las fábricas CEFEX y responde a contratos firmados antes del pasado 15 de junio, que se cumplen con envíos regulares de armamentos por avión y barco-; que España, en la actualidad, con estas exportaciones no queda al margen del conflicto como país tercero y contradice su doble política de país tercero ajeno a la situación y de país con responsabilidad ex colonial frente a la aplicación de las resoluciones de la ONU sobre la autodeterminación del Sahara, y que el acuerdo tripartito de Madrid incluye serias contradicciones y compromisos incluidos en sus anejos secretos, en los que las partes contratantes «se comprometen» a cumplir promesas entre las que se encuentran la pesca y la venta de armas.
Nadie duda que la posición maurítana en el tema de la compra de armas españolas ha sido coordinada, con anterioridad, entre Nuachott y Rabat.
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