El Concorde aterriza por vez primera en Nueva York
Una compleja lucha legal de casi dos años de duración concluyó ayer, cuando el avión supersónico franco-británico Concorde se posó suavemente en la pista número cuatro del aeropuerto internacional John F. Kennedy, de Nueva York, después de haber invertido tres horas y media en cruzar el océano Atlántico, en un vuelo experimental sin pasajeros.Contra lo previsto, no había manifestantes esperando al aparato de la compañía Air France que había partido de Toulouse para realizar su primer vuelo de «familiarización» con el aeropuerto más importante de la costa Este norteamericana. Bajo un ciclo nublado y frío, unos centenares de curiosos y periodistas presenciaron, desde las cercanías de la pista, el aterrizaje del Concorde, que abre Nueva York a los vuelos supersónicos comerciales desde Europa.
Este primer vuelo experimental del Concorde al aeropuerto Kennedy fue posible después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos anulara el pasado lunes la última barrera legal que impedía el aterrizaje del avión supersónico en el aeropuerto neoyorquino.
Los vuelos comerciales del Concorde a Nueva York comenzarán el próximo 22 de noviembre, según se anunció oficialmente por las dos compañías. Air France volará diariamente desde París, mientras que British Airways empezará, con dos vuelos a la semana desde Londres. para ampliar en seguida a cuatro viajes semanales.
Los adversarios del Concorde preparan ya una serie de actos de protesta para cuando se inicien los vuelos con pasajeros. Un portavoz de una de estas organizaciones contrarias al avión supersónico anunció una masiva concentración de automóviles en los alrededores del aeropuerto, para provocar una congestión de tráfico en la autopista que une el Kennedy con Nueva York.
El Concorde ha ganado una batalla decisiva será muy difícil que sufra una derrota en el futuro. Máxime cuando los «tests» efectuados y las declaraciones de los testigos que presenciaron los aterrizajes del aparato coinciden en que el nivel de ruido producido por el Concorde no es muy superior al de otros reactores comerciales, como el Boeing 707 o el McDonnell-Douglas DC-8.
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