Elecciones y petróleo, objetivos de Giscard d'Estaing en el Este
En junio de este año, sindicatos, patronos y poderes públicos llegaron a un compromiso en Luxemburgo, en el marco de la conferencia tripartita de la CEE, para una «moderación» de la clase trabajadora en sus reivindicaciones. Todo ello para ayudar a la recuperación del aparato económico de la CEE.Ahora los sindicatos, agrupados en la CES (Confederación Europea de Sindicatos) protestan ante empresarios y gobiernos por la falta de políticas concretas que frenen el desempleo en el Mercado Común.
Los sindicatos europeos, que representan a más de 37 millones de trabajadores, reprochan a empresarios y gobiernos de acomodarse a vivir con un ejército de más de cinco millones de parados. Amenazan con romper el «pacto social» negociado en junio en Luxemburgo.
La clase trabajadora no debe ser la única en soportar las consecuencias de la crisis, dicen los sindicalistas.
Las quejas de los sindicatos fueron expuestas durante la reunión del comité económico y social de la CEE. Los empresarios se quejaron de la política inflacionista que siguen la mayoría, de los países de la CEE, a partir de sus programas- de inversión pública. Los mismos medios consideran que no será posible restablecer el equilibrio entre la oferta y la demanda del empleo en la CEE hasta 1980.
Al término del encuentro, en el que los sindicatos insistieron por el paro entre los jóvenes (casi dos millones en la CEE), que no encuentran puestos de trabajo al término de sus estudios, no hubo ninguna fórmula concreta que permita esperar una reactivación del mercado del trabajo.
Hay que recordar que el consensus de Luxemburgo, denominado pacto social fue desaprobado en su día por los sindicatos franceses, italianos y los sindicatos socialistas belgas. No se excluye que, a iniciativa de los mismos, la clase trabajadora europea lance nuevas acciones en pro del pleno empleo.
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