El calentamiento global pone en aprietos a la FIFA
El sindicato de futbolistas FIFPRO insiste en que varios partidos del Mundial de Clubes traspasaron el umbral de salubridad


La creciente inestabilidad de la corriente del Chorro, el flujo de vientos que recorre el hemisferio norte de oeste a este, ha provocado temperaturas máximas de récord en junio en América y ha obligado a los futbolistas que participan en el Mundial de Clubes de la FIFA a jugar en las condiciones más extremas jamás registradas, según el sindicato mundial de futbolistas FIFPRO.
El torneo que concluye el próximo 13 de julio en Nueva Jersey se ha convertido en un laboratorio de pruebas para el sindicato y para la FIFA, que estudia fórmulas para que los jugadores soporten el calor, ya que el calendario y los horarios parecen inexorablemente decididos por los operadores de televisión, que son los que financian el espectáculo. “Nosotros no tenemos poder de veto para impedir que los partidos de la Copa del Mundo de 2026 se disputen al mediodía”, dijo este lunes Alex Phillips, el secretario general de FIFPRO, apuntando al campeonato de selecciones previsto para el verano que viene en México, Estados Unidos y Canadá; “solo podemos presionar a la FIFA con argumentos científicos”.
FIFPRO advirtió de que el calentamiento global comprometería seriamente la salud de los jugadores que compitieran entre el mediodía y la puesta del sol en los estadios de Atlanta, Charlotte, Miami, Nashville, Orlando, Filadelfia y Washington. Según las mediciones meteorológicas promedio, en la última década el índice TGBH, que comprende humedad, velocidad del viento, radiación solar y temperatura, había traspasado el umbral de perjuicio para la salud humana en siete de las 11 sedes. Si en 2014 únicamente Orlando registraba condiciones inviables para la práctica del fútbol a pleno rendimiento, en 2024 solo Cincinnati, Nueva York, Pasadena y Seattle quedaban a salvo. En los demás estadios los índices promedio en junio y julio comprometían la salud.
“Nuestras predicciones se confirmaron”, afirma Vincent Gouttebarge, director médico de FIFPRO, “y de acuerdo a nuestros criterios varios partidos de este Mundial de Clubes, como el Chelsea-LA o el Benfica-Bayern, debieron suspenderse porque el TGBH superó nuestro umbral de 28, límite respaldado por la Asociación Americana de Medicina Deportiva Universitaria. Pero para la FIFA el umbral es de 32”.
La FIFA dio luz verde. Las consecuencias fueron evidentes. Las medidas paliativas no frenaron la procesión de jugadores con síntomas de asfixia que, como Hakimi, del PSG, o Prestianni, del Benfica, necesitaron de asistencia médica en el campo. “Es casi imposible entrenar con este clima”, dijo Enzo Maresca, el entrenador del Chelsea. “Ahora acortamos las sesiones para ahorrar energía para los partidos”.
Además de plantearse evitar los partidos de mediodía y tarde en ciudades como Dallas o Miami, la FIFA y FIFPRO han puesto en marcha nuevos protocolos. “Hay que hacer una distinción entre pausa de hidratación y pausa de enfriamiento”, dice Gouttebarge. “La pausa de hidratación se usa para beber y dura 90 segundos. La pausa de enfriamiento dura tres minutos, una en la primera parte y otra en la segunda, y se diseña para bajar la temperatura corporal mediante el uso de hielo y toallas. La FIFA la ha adoptado con receptividad. Ahora hemos trasladado que si cada mitad se prolonga durante 50 minutos, una sola pausa de enfriamiento por tiempo no será suficiente para bajar la temperatura del cuerpo de los jugadores”.
“La industria no está preparada”
“Estamos estudiando la introducción de estrategias alternativas de mitigación”, dice el médico, “incluyendo una pausa de enfriamiento extra cada 20 minutos”.
Alexander Bielefeld, director de políticas y estrategias de FIFPRO, da la voz de alarma. “La industria no está preparada, desde un punto de vista de gobernanza, para gestionar el impacto que presenta el calentamiento global para el fútbol como deporte y como negocio”, dice. “Este torneo debe ser una llamada de atención para todos los que participamos de la organización de torneos, para reconsiderar el horario y los lugares en que se disputan los partidos. Los jugadores están hartos y nos reclaman más intervención en este sentido. Y nos preocupa especialmente lo que tenemos por delante: el Mundial del año que viene en Estados Unidos, México y Canadá, el Mundial en España, Portugal y Marruecos en 2030, y el Mundial en Arabia Saudita en 2034”.
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