MotoGP redescubre a Brasil gracias a Diogo Moreira, nuevo campeón del mundo de Moto2
El talento de 21 años hace historia para su país y remata en Valencia su curso de consagración antes de subir a la categoría reina de la mano del equipo LCR Honda


Diogo Moreira acaba de convertirse en el primer campeón brasileño del Mundial de motociclismo. El joven de Guarulhos, la segunda ciudad más poblada del estado de São Paulo, ha rematado este domingo, con una undécima plaza en el GP de Valencia, su temporada de consagración y ascenso con el título de Moto2. Con 21 años y el contrato para subir a la categoría reina de la mano de Honda y el conjunto LCR bajo el brazo, en 2026 se convertirá en el tercer piloto brasilero en alcanzar MotoGP. Adu Celso, el primer triunfador del país en la escalera mundialista en 1973, y Alex Barros, ganador siete carreras y con un total de 32 podios en la élite, le precedieron en el campeonato del mundo.
“Ganar este título es un regalo”, comenta el flamante campeón del mundo de la categoría intermedia, que para coronarse ha tenido que remontar 60 puntos de desventaja sobre el madrileño Manu González en este tramo final de curso. “Esto demuestra que hay sueños que pueden lograrse. Cuando crucé la meta lloré por todo lo sufrido estos años. Salí de Brasil siendo muy pequeño, dejando mi vida y familia de lado para vivir este sueño que ahora hemos cumplido”, agrega el nuevo 10 del certamen, muy emocionado durante las celebraciones en el Circuit Ricardo Tormo.
Diogo Moreira has changed to the golden suit to properly celebrate🥇#ValenciaGP 🏁 pic.twitter.com/4HtCNigwc4
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) November 16, 2025
Barros, además de leyenda de la disciplina, fue también uno de los principales descubridores de Moreira, paradigma del estar en lugar adecuado en el momento adecuado. Iniciado desde que era un renacuajo en el motocross, la especialidad que practicaba también su padre Luiz, con tres años ya derrapaba por todos lados y a los nueve ganaba sus primeros títulos. Su talento precoz no pasó desapercibido. Con 10 años, el icono brasileño le invitó a cambiar la tierra por el asfalto con una 250cc en el campeonato nacional de su país, y los buenos resultados le abrieron de par en par las puertas del motociclismo de velocidad.
El expiloto Emilio Alzamora llevaba un tiempo buscando y rebuscando en la cantera brasileña sin éxito cuando Barros le mencionó a Moreira. “Me habló muy bien de él y vimos ahí un talento único. Su excelente nivel en el off-road nos convenció, porque a partir de ahí solo había que enseñarle la velocidad”, cuenta el valedor de otros grandes talentos como los hermanos Márquez y Fabio Quartararo. La apuesta de Ignacio Rivera, CEO de Estrella Galicia, cervecera que quería abrir mercado en Brasil, fue firme y le becaron para apoyar todas las necesidades del piloto y su familia.
Aun así, el sacrificio no fue poco. Cerca de cumplir los 12 años, Moreira se trasladó a Alcarràs (Lleida) bajo el paraguas de la escuela Monlau, una de las grandes cunas de campeones del certamen. Allí se puso en manos de Àngel Grau, que pulió su pilotaje en la categoría de supermotard, especialidad habitual en los entrenamientos de los principales referentes en la élite. “Desde que hizo su primer entrenamiento con nosotros, vimos que tenía un don y un potencial muy elevado. Como piloto se adapta muy rápido a todo y cada año va progresando”, destaca el que fuera otro de sus mentores.
En las pistas de tierra ilerdenses empezó a cruzarse con los hermanos Márquez, ídolos y referentes. Unos años después, Marc y Álex decidieron invitarle a sus sesiones de entrenamiento privadas, donde compartió pista con ellos y otros talentos únicos como el colombiano y campeón de Moto3 David Alonso. Moreira fue dando pasos sólidos en las copas de promoción, si bien nunca llegó a cuadrar ningún curso de campeonato. “Su adaptación no fue fácil, ya que en España le llevaban cinco años de ventaja los chavales de su edad. Pero supo persistir”, incide Alzamora. “Prácticamente no ha tenido infancia, pero su historia es muy bonita”, subraya su hermano Rafael, ocho años mayor que él. El mayor de la familia le sorprendió con un viaje relámpago desde Brasil para recibirle en el mismo trazado: “Cuando le he visto, me he derrumbado”.
El estreno mundialista de Moreira llegó en 2022 con 17 años de la mano del MT Helmets-MSI y destacó como novato del año. En el siguiente logró tres podios y su primer triunfo para promocionar a Moto2, donde repitió premio como mejor debutante y subió por primera vez al podio en la última cita del curso. En 2025, ha estallado con cuatro triunfos, nueve podios y siete ‘poles’, ganándose la promoción a MotoGP justo cuando Brasil vuelve al calendario en el Autódromo Internacional Ayrton Senna, localizado en Goiânia.
Su cabeza fría y capacidad de mantener la calma en todo momento es lo que más destacan sus colegas y rivales. “Ha vivido este momento muy sereno, y su objetivo ha sido en todo momento disfrutar de este final de etapa en Moto2”, cuenta Diego Silvente, su representante. El chaval asegura que esta cualidad la reforzó desde bien pequeño, cuando tuvo que adaptarse a las costumbres, comida y el frío invernal de Lleida de la noche a la mañana. Su gran paso para ser campeón ha sido de cabeza. “Este año he trabajado mucho el aspecto mental, y eso me ha permitido estar sereno y tranquilo en todo momento. El campeonato es tan solo la consecuencia del trabajo bien hecho”, afirma él.
Quienes mejor conocen a Moreira señalan, por encima de todo, su perfil humano. “Es una persona excepcional, tanto él como su familia. Humildes, educados, agradecidos y muy, muy trabajadores. La mentalidad de Diogo siempre ha sido muy positiva”, cuenta Grau. Es el sentir generalizado de un paddock necesitado de estrellas foráneas y que con el alirón del chaval en Moto2 redescubre a Brasil en un momento inigualable, casi dos décadas después del último baile de Alex Barros y con el retorno del país al campeonato el próximo año.
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