El cabezazo de Giménez para revivir el laboratorio de Simeone
Hasta el gol del central uruguayo al Inter, el Atlético había logrado un solo tanto en 140 saques de esquina


José María Giménez caminó concentrado para sumarse a los jugadores del Atlético de Madrid que invadían el área del Inter de Milán con el fin de intentar rematar el último saque de esquina del partido. Giménez se colocó en las inmediaciones del punto de penalti, distanciado de los defensores del conjunto italiano, para poder iniciar un carrera corta que le permitiera elevarse y conectar un cabezazo limpio. Antes, alzando las dos manos, le dijo a Griezmann que ejecutara el córner con un golpeo que elevara la pelota.
Minutos antes, Giménez ya le había dicho a Koke que los córners desde la derecha los botara él y los de la izquierda el atacante francés. Giménez quería centros abiertos, golpeados a pierna natural para imponer su potencia de salto a la carrera. Griezmann le hizo caso, abrió una rosca templada y alta de dentro hacia afuera y el central charrúa se elevó imperial sobre los cuatro defensores del Inter que defendían en zona la jugada. “Aproveché para imponer el salto que tengo”, explicaba Giménez en la zona mixta del Metropolitano.
“Qué bonitos son los goles de los centrales”, proclamaba Diego Pablo Simeone ante los micrófonos de Movistar, todavía extasiado el preparador argentino por el cabezazo de Giménez. Al Cholo le produjo especial satisfacción que el tanto de la victoria de su equipo llegara de una jugada de estrategia a balón parado. Las estadísticas dicen que en Liga, el Atlético ha ejecutado 91 córners sin encontrar el gol. El partido ante el Levante había disparado las alarmas. Ese día el Atlético lanzó 21 saques de esquina y ni uno solo de ellos fue rematado. En el ambiente se instaló ese desaprovechamiento de las jugadas a balón parado. Simeone negó la mala suerte para justificar ese dato tan negativo. “Suerte no es, es insistir. Buscar las mejores sociedades. Tenemos buenos golpeadores y buenos cabeceadores. La vamos a trabajar en consecuencia para sacar rédito de ella. Teniendo tanta pelota parada es una pena no aprovecharla”, lamentó el Cholo.
“Uno se siente responsable de no hacer goles a balón parado”, admitía Giménez con cierta pesadumbre, “contra el Levante tuvimos más de 20 córners y no hicimos gol. La realidad es que en partidos tan cerrados, que se resuelven por detalles, una pelota parada puede darte la vida”.
Giménez vivió las épocas en las que el Atlético de Simeone era temible en las jugadas de estrategia de cualquier tipo. El laboratorio de Germán Burgos, por entonces segundo del Cholo, era una tormenta de jugadas ideadas para que los Godín, Miranda, Raúl García, Falcao o Tiago sacaran provecho. En la temporada 13-14, en la que el Atlético ganó la Liga y fue finalista de la Liga de Campeones fue un martillo pilón. El título liguero lo conquistó en el Camp Nou con un cabezazo de Godín y en la final de Lisboa otro testarazo del central uruguayo iba a darle al Atlético su primera Copa de Europa hasta que Ramos igualó en la prolongación con la misma moneda, Según los datos de Opta, el Atlético registró en ese curso 33 goles a balón parado, sin contar penaltis y libres directos: 20 fueron en acciones de saque de esquina, 12 en acciones de falta no directa y uno en acción de saque de banda. La temporada siguiente la cifra se elevó a 37, pero en las posteriores la eficacia fue decayendo hasta caer en el peor registro de la campaña pasada (8): cuatro goles en acciones de saque de esquina, uno de falta directa y tres procedentes de saques de banda. El gol de Giménez al Inter ya iguala esa marca. “Tenemos que volver a ser ese Atlético que siempre fuimos, fuerte con la pelota parada. Tenemos jugadores y calidad para hacerlo”, reclama el uruguayo.
Simeone, que suele trabajar la estrategia con los titulares en el último entrenamiento previo a los partidos, se manifestó en la misma línea que Giménez. “Está claro que lo estamos trabajando, mis jugadores tienen conciencia de que hay buenos lanzadores, buenos rematadores y es clave para equipos con ilusión por ganar un torneo. Estamos trabajando en ello y por suerte nos dio para sacar cosas buenas ante el Inter”, aseguró el técnico rojiblanco.
La llegada de Baena, todo un especialista, más otros lanzadores de buen enguante para colgar centros como Julián Alvarez o Koke, permite al Atlético poder volver a recuperar ese poderío en los saques de esquina y las faltas laterales. Hasta ahora solo Giuliano había logrado conectar un cabezazo certero en el primer palo, ante el Eintracht, tras un córner. El cabezazo ganador de Giménez puede ser el gran punto de inflexión para una suerte en la que el Atlético de Simeone llegó a ser intratable.
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