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Un proyecto deLALIGA

Carolina Marín: “En el gimnasio trabajamos piernas y brazos; pero esto de aquí, la cabeza, es lo que conecta todo. ¿Cómo no va a haber que entrenarla?”

La campeona olímpica y triple oro mundial en bádminton, que confiesa que fue a París a por una medalla y se volvió “con algo más valioso” habla con Manu Carreño en el videopódcast de LALIGA VS del ‘bullying’ que padeció de niña, de salud mental y de su vida tras el deporte de competición

El País

Rozaba ya con los dedos la final por el oro cuando, en París, su rodilla hizo crac. Otra vez, el cruel destino le privaba de su segunda presea olímpica. Desde ese instante y después de haber ganado “algo mejor que una medalla”, a Carolina Marín (Huelva, 1993) le ha cambiado la vida.

De cuanto ha vivido en estos meses, de su futuro y también del papel que desea desempeñar contra la lacra del acoso escolar charla la onubense con el periodista Manu Carreño, en este nuevo episodio del videpódcast de LALIGA VS. Opina Marín que a veces, injustamente, se da por hecho que el deportista debe levantarse tras una caída. Tampoco duran mucho en la memoria éxitos extraordinarios. El cariño que ha recibido en su momento más vulnerable, en cambio, eso le ha tocado la fibra y lo guardará en el corazón para siempre. Es imborrable. El mundo se volcó con ella y se puso en la piel de quien, tras recuperarse de dos graves lesiones de rodilla, regresaba a la competición, acariciaba el triunfo y volvió a caer. Una reacción que, para Marín, vale más que ningún oro.

Durante este período de transición, como le llama, Marín ha dispuesto, por primera vez desde que con 14 años se marchó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, de la oportunidad de pasar más de tres semanas en casa, con su familia.

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“¿Cómo ha sido disfrutar de tus sobrinos o acompañar a tu ahijada a estrenarse jugando al bádminton en el mismo pabellón en que lo hiciste tú?”, le pregunta Carreño, y Marín medita y responde con serenidad. Porque reconoce que no quiere volver a perderse un solo momento importante en la vida de sus seres queridos y, al mismo tiempo, afirma que el bádminton se lo ha dado todo, los valores que la han convertido en un referente para la sociedad; que no se arrepiente de sus sacrificios y que, el día que cuelgue la raqueta, será mediante el deporte como decida seguir ayudando y aportando al mundo para compensar lo que siente que ha recibido a lo largo de su trayectoria.

Ese día, sin embargo, no ha llegado. No es todavía momento de decir adiós. En 2026 en su ciudad natal, Huelva, y en un pabellón que luce orgulloso el nombre de Carolina Marín se celebrará un nuevo campeonato de Europa. Y todavía hierve de ilusión la propia Carolina Marín ante la perspectiva de poder verse raqueta en mano, una vez más. En casa. “Eso ya sería la mayor medalla”, dice Marín.

Deporte como vía de escape del bullying

Se requiere valor para hablar tan claro como Carolina Marín contra el acoso escolar. Ella lo sufrió de niña: la insultaban por el vello moreno que cubría su piel. Y aquello la marcó. Se encerraba a llorar en su habitación, comía poco. Solo cuando su madre la escuchó sollozar se atrevió a contarlo. Barajaron incluso cambiarla de colegio. Y por eso quiere pronunciarse hoy: porque nadie debe sentirse solo contra el bullying, que afecta a uno de cada cuatro niños y niñas (datos de AEPAE, Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar), más de dos millones en España. Un mal que ya no es solo cosa de aulas y patio de escuela y que se extiende por las redes sociales. “A mí me costó mucho, empatizo con esos chicos y chicas. Y quiero apelar a los padres, a los profesores, a que no se infravalore cómo se sienten los que lo padecen. Necesitan apoyo”.

Desde los 15 años, Marín comenzó a trabajar su mente, igual que entrenaba sus músculos. Integró desde entonces y hasta hoy la terapia psicológica, un tema todavía tabú, cuenta, entre algunos entrenadores de deportistas de élite. “Por suerte, cada vez está más normalizado”, se alegra, a la vez que se pregunta: ¿y si hubiese dispuesto de esas herramientas de niña, cuando sufrí acoso?

LALIGA, a través del trabajo de su Fundación y del proyecto LALIGA VS, ha llevado a cabo más de 700 iniciativas y proyectos dedicados a la sensibilización y la denuncia, en ese afán por acabar con cualquier forma de odio dentro y fuera de los estadios. Y la educación es un pilar básico en el cumplimiento de ese propósito.

Carreño, cuando la charla toca a su fin, le lanza una última pregunta: “¿qué le dirías a tu ahijada si te contara que quiere seguir tus pasos?”. Ella, su ahijada, mira a Carolina Marín con los ojos de quien tiene delante a un ídolo: “Me dice que me va a robar todas mis medallas, y yo le digo que tiene que ganar las suyas”, ríe Marín. “¿La apoyarías? ¿Le contarías que todo el esfuerzo mereció la pena?”, insiste Carreño. Por supuesto, sentencia Marín.

La herramienta que mide el nivel de odio en las conversaciones en torno al fútbol jornada a jornada

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