Muere Rogelio, ‘la pata de caoba’ del Betis

Rogelio Sosa, uno de los mitos del Betis, conocido como la pata de caoba, ha fallecido este jueves a los 75 años. Rogelio militó 16 temporadas en el primer equipo verdiblanco. Fue un futbolista y una persona con un carácter muy peculiar, natural de Coria del Río, localidad bañada por el Guadalquivir. Zurdo talentoso y goleador, Rogelio recaló en los juveniles del Betis en 1957 después de jugar en el Victoria Balompié de Coria. No conoció más equipo que el bético salvando dos periodos de cesión al Tomelloso en 1961 y a la Ponferradina, en Tercera División, en 1962.

“Para frío, el de Ponferrada”, solía afirmar Rogelio, un personaje genial, dotado de un sentido del humor fino, pura historia de un Betis donde debutó en 1962 y se retiró en 1978, después de ganar la Copa de 1977 y de que el equipo campeón bajara a Segunda. Sus últimos minutos los jugó en un 0-5 bético en el Ramón de Carranza el domingo de Carnaval de 1978. Jugó 357 partidos oficiales con el Betis y marcó 88 goles. Su talento le permitió golpeos imposibles, primero como extremo izquierdo y, posteriormente, de delantero centro. Inventor de regates como la tostá, una acción parecida a las famosas ruletas de Zidane, Rogelio debutó en el Betis el 16 de septiembre de 1962 ante el Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento. Nunca dejó el Betis pese al interés del Madrid y el Barcelona.

Su magia en la pierna izquierda le permitió anotar ocho goles de lanzamientos directos de saques de esquina con un toque de rosca perfecto, que sorprendía a los porteros. A Rogelio se le atribuyen frases como “correr es de cobardes” y “la cabeza es para ponerse el sombrero”, que a veces repetía a los muchos futbolistas que tuvo bajo su mando en el Betis, puesto que fue segundo entrenador desde su retirada hasta el año 2000, al lado de entrenadores como Carriega, Iriondo, Luis Aragonés, Marcel Domingo, Lorenzo Serra Ferrer y Javier Clemente.