Un Barcelona camaleónico remonta 17 puntos ante el Anadolu Efes

El Palau Blaugrana vio cuatro equipos por el precio de dos. El Barça y el Anadolu Efes de la primera parte no tuvieron absolutamente nada que ver con los de la segunda. Lo dicen los números: el cuadro azulgrana encajó 50 puntos en los primeros 20 minutos y llegó a verse casi desahuciado con una desventaja de 17 tantos (25-42). Pero dejó en solo 15 puntos al equipo turco en la segunda mitad y ganó sin excesivos aprietos, tras dejar sentenciado el duelo cuando faltaban más de tres minutos y Séraphin puso 13 puntos de renta en el casillero azulgrana: 74-61.

La clarividencia y precisión de las combinaciones ofensivas del equipo turco le abrieron un montón de espacios, favorecieron la salida en estampida del base francés Beaubois, triunfal en los unos contra uno, el lucimiento del hiperactivo ala-pívot australiano Brock Motum y, sobre todo, una salva de triples con un porcentaje de ensueño: un 9 de 16, es decir un 56%. Al descanso: 39-50, con un Barça seriamente tocado y un Pesic que echaba chispas.

El Barcelona ajustó la intensa presión por toda la cancha con la que trabajó su defensa, rentabilizó la labor de Hanga, Singleton y Oriola, que enmendaron la plana a un Tomic todavía con las secuelas de una enfermedad, y la labor de zapa de Claver y Pau Ribas. El Efes se desfondó por completo. Falló todos los triples que había metido en el primer tiempo, se atasco en todas las jugadas y acusó el desenfoque de Beaubois desde que se ganó a pulso una falta técnica en el primer cuarto, de Pleiss, desde que fue relevado tras el primer minuto, y de Motum y Micic, a los que su entrenador, Ataman, tuvo sentados en algunos de los momentos en los que el Barcelona cocía su reacción.

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Como colofón, el Palau puesto en pie tributó a una enorme ovación a Kevin Séraphin cuando fue relevado a poco para el final. Estuvo a un excelente nivel, como Oriola, como Hanga, como Chris Singleton, como casi todos en una extraordinaria segunda parte en la que se reivindicaron y evitaron cerrar en una posición comprometida la primera vuelta de la fase regular de la Euroliga.