Pirelli se sacude las culpas de encima

Los análisis que Pirelli ha realizado a los neumáticos que estallaron el pasado fin de semana durante el Gran Premio de Silverstone de F-1 en plena carrera, confirman, según el comunicado emitido por el suministrador italiano, que los reventones que sufrieron Lewis Hamilton, Felipe Massa, Jean-Eric Vergne y Checo Pérez, se debieron a una combinación de factores: al montaje invertido de las gomas traseras, a las bajas presiones de aire que se les aplicó con tal de aumentar su adherencia, al excesivo ángulo de inclinación respecto al suelo y al perfil de los pianos de algunos virajes del circuito británico, especialmente el de la curva cuatro.

Pirelli, además, insiste en que la raíz de lo ocurrido en Silverstone no tiene nada que ver con el origen de los problemas de delaminación –la banda de rodadura se desprende violentamente de la carcasa– que se habían producido en este arranque de Mundial. Para tratar de poner remedio al problema, la compañía milanesa desplazará este fin de semana a Nürburgring, sede del Gran Premio de Alemania, unos compuestos diseñados a partir de las especificaciones empleadas este año, mientras que con vistas al Gran Premio de Hungría (28 de julio), los equipos ya equiparán unos compuestos nuevos, a partir de la carcasa de los modelos del año pasado, y la banda de rodadura que se viene usando este curso.

“Lo que pasó en Silverstone fue algo completamente inesperado, algo que es la primera vez que le ocurre a Pirelli, que lleva más de un siglo de vínculo con el automovilismo”, aseguraba este martes por la tarde Paul Hembery, máximo responsable de la marca, en una nota. “Insisto en que los compuestos de este 2013 son completamente seguros si se emplean correctamente”, añade el británico, a la vez que ha instado a las estructuras, a la Federación Internacional del Automóvil y al promotor del certamen, a llegar a un acuerdo para poder realizar entrenamientos durante el invierno.