“¡Menudo estirón ha pegado!”

En poco más de una semana se encenderán los motores, rugirán las motos y ya no habrá pruebas que valgan. Ha concluido la pretemporada de la que se espera sea una de las campañas más competitivas de los últimos años: sí, solo hay dos marcas capaces de pelear por el título de MotoGP, Yamaha, la campeona del 2012, y Honda la todopoderosa fábrica japonesa; pero hay cuatro pilotos dispuestos a dar mucha guerra: dos de ellos, los de la casa de los diapasones, son el campeón del mundo Jorge Lorenzo y el mito Valentino Rossi, de nuevo juntos en el mismo taller; los otros dos, una pareja de españoles dotados de un talento extraordinario, el ya veterano Dani Pedrosa y el debutante Marc Márquez.

"Siempre está poniendo el codo en el suelo y salvando caída impresionantes", le alaba Pedrosa, el ídolo de la infancia de Márquez: "Como era pequeñito, como yo, me lo miraba con ojos diferentes", confiesa. Ambos, compañeros desde 2013 en el equipo Repsol Honda, miran al frente y de reojo, pues son colegas, se admiran, pero también son rivales. Y hablan el uno del otro, de su evolución como deportistas, de sus hazañas, de las virtudes de su pilotaje. Mientras cuentan los días que quedan hasta que el próximo 7 de abril -los entrenamientos empezarán el día 4- se dispute en Catar la primera carrera del año, el subcampeón de MotoGP y el campeón de Moto2 comparten impresiones y recuerdos.