Un tropiezo inesperado

En la noche de Miami, el estadounidense Andy Roddick tumba 7-6, 1-6 y 6-4 en tercera ronda al suizo Roger Federer, el hombre del momento, uno que llegaba al torneo tras coronarse en Indian Wells, uno que sumaba 34 victorias seguidas en partidos al mejor de tres sets y uno que había ganado seis torneos en el proceso. El escenario y el contrario hicieron de la derrota un doloroso castigo para el campeón de 16 grandes. Federer no perdía tan pronto en Miami, uno de sus templos, desde 2004. Peor. Roddick ha sido una víctima habitual de su carrera (2 victorias y 21 derrotas ante el suizo antes del duelo de anoche), no le ganaba desde 2008 y competía con una tremenda estadística en contra: Federer había ganado los últimos 77 partidos que había competido contra rivales de fuera del top-20. La racha murió ante Roddick, el número 34.

"Salí a la pista un poco plano, sintiéndome un poco cansado, más mentalmente que físicamente", explicó Federer, el número tres mundial, que antes del torneo ya coqueteaba con la idea de superar a Rafael Nadal, rival esta tarde del japonés Nishikori, y ocupar el número dos mundial. "Ha sido una gran noche para él y para el tenis americano, pero ha sido dura para mí. Fue un partido apretado en el marcador que no cayó de mi lado. He perdido contra un exnúmero uno del mundo, no contra el número 30", cerró el suizo.

"Ni ayer estaba para retirarme, ni hoy para ganar un masters 1000", le continuó Roddick, que no se imponía a uno de los tres mejores desde 2010. Tras tantas temporadas de batalla, Federer, de 30 años, se reclamó "mentalmente fatigado" en marzo.