A 52 kilómetros del tercer Tour

Salvo un desastre impensable en la etapa de mañana, a Alberto Contador sólo le separan 52 kilómetros del triunfo final, el que le daría su tercer Tour, el que le colaría en un Olimpo en el que viven un puñado de elegidos: Armstrong (con sus siete coronas), Anquetil, Merckx, Hinault e Induráin (con cinco), y Thijs, Bobet y Lemond (con tres). Esos 52 kilómetros de lucha contra el crono se presentan ante los corredores el sábado, en la etapa que dejará finiquitado el triunfo final. Contador es líder del Tour, con ocho segundos de ventaja sobre Andy Schleck. Y esos 52 kilómetros sólo deberían servir para amplificar la distancia a favor del español. Aún es más: para multiplicarla.

Porque Contador es el máximo, casi único, favorito para ganar esa etapa. El antecedente más parecido dicta sentencia: hace un año, también en la penúltima jornada de la carrera, se disputó una contrarreloj algo más corta que la del sábado, sólo 40,5 kilómetros. La ganó Contador y lo hizo demoliendo a sus principales rivales, Armstrong incluido. Y Schleck incluido, claro. El de Pinto sacó al luxemburgués 1m 45s. Por mucho que Schleck haya mejorado en su lucha contra el crono, no parece que la historia vaya a ser distinta. Así lo piensa también Induráin, que al llegar Contador a la meta le felicitó, amén de comentarle: "Esto ya está superado".

Podrá haber mejorado Schleck contra el reloj, pero el prólogo de la actual edición del Tour tampoco avala su candidatura a estar en lo más alto del podio. En sólo nueve kilómetros, el luxemburgués se dejó 42 segundos respecto a Contador. Ayer, en la meta, con la sonrisa dibujada en su rostro por el triunfo en el mítico Tourmalet, Schleck dejó abierto un resquicio a la esperanza. Eso sí, un resquicio minúsculo. "Estoy muy motivado. Contador y yo estamos muy parejos. En la contrarreloj.... Bueno, Samuel Sánchez y Menchov son mejores que yo contra el crono...", palabras que parecen dar a entender que Schleck luchará por no ser atrapado por Samuel y Menchov, por aguantar en el segundo puesto. El primero parece tener dueño.