El Málaga sale vivo de Son Moix

Jugando 45 minutos con uno menos, el Málaga se convirtió en el tercer equipo -tras el Sevilla y el Barça- capaz de sacar algo positivo del Ono Estadi esta temporada.

El empate, no obstante, le supo a rayos al equipo de Juan Ramón Muñiz, que iba ganando por 0-1 a falta de sólo un minuto para el final. El punto obtenido permite a los andaluces tomar algo de distancia sobre los puestos de descenso y le complica al Mallorca la clasificación para la Liga de Campeones, que queda en un pañuelo a falta de cuatro jornadas.

Los centrales le dieron la tarde a Muñiz. Obligado por las lesiones y las sanciones, el técnico del Málaga formó con Stepanov y Hélder Rosario como pareja inicial. A la media hora se rompió el portugués y tuvo que ser sustituido por Iván González. El serbio, por su parte, vio una inocente amarilla tempranera y fue expulsado antes del descanso por parar con la mano un remate a bocajarro de Aduriz. Munúa detuvo el penalti lanzado por Gonzalo Castro y salvó momentáneamente a su equipo del desastre.

En la segunda mitad, reculó el Málaga y se apropiaron de la pelota los locales. El partido se convirtió en un quiero y no puedo por parte del Mallorca, incapaz de abrir brecha en las filas rivales. Hasta que, ya en el tramo final, la entrada de Obinna reanimó el ataque malaguista. El nigeriano obligó a Rubén a sacarle un balón bajo los palos y en el minuto 86 recuperó un rechace y batió a Aouate de un disparo seco.

Cuando el Málaga ya cantaba victoria, Aduriz pescó el gol de la igualada aprovechando un tropiezo en la salida de Munúa. El partido acabó histérico, con los albicelestes pidiendo penalti y los jugadores del Mallorca a la greña entre ellos. En una escena insólita y vergonzosa, Keita y Aduriz se liaron a tortas tras una ocasión en que el delantero guineano prefirió intentar la jugada individual.

Empate 'in extremis' del Málaga