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Especial publicidad

El epicentro cultural europeo que pone en valor la Corona española

Distrito Real de Madrid ofrece al visitante un recorrido en el tiempo por el corazón madrileño. Desde símbolos históricos como el Palacio Real o la Catedral de la Almudena, hasta joyas más desconocidas como el monasterio de la Encarnación, pasando por la colección real más grande del mundo

En pleno centro de la capital de España, se abre un espacio único que condensa siglos de historia y arte. Distrito Real de Madrid alberga más de 400.000 metros cuadrados donde conviven palacios, jardines, monasterios, museos y experiencias que dan a conocer la magnitud de la Corona española. Una seña de identidad de la ciudad y un orgullo para los madrileños. Esta propuesta cultural y turística ha sido creada por por la Comunidad de Madrid, junto con la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), y el apoyo de Patrimonio Nacional y el consistorio de la capital. Además, con la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales en 2023, el conjunto histórico se ha consolidado como uno de los destinos culturales más relevantes de Europa.

La joya reciente que homenajea la majestuosidad española

Para conocer Distrito Real de Madrid, merece la pena comenzar por la Galería de las Colecciones Reales, un edificio de líneas contemporáneas que dialoga con el Palacio Real y los adyacentes jardines del Campo del Moro. El proyecto museístico más ambicioso en España en lo que va de siglo pone en valor la colección artística vinculada a la Corona española, la más grande del mundo que se conserva íntegramente. De las 170.000 piezas conservadas, una cuidada selección de 700 se expone en salas temáticas.

Entre sus piezas más célebres destacan la Armadura de Mühlberg (1544), forjada por Desiderius Helmschmid para Carlos V; la Corona de la Virgen de Atocha (1852), del orfebre Narciso Práxedes Soria; el políptico de Isabel la Católica (1496-1504), de Juan de Flandes; los retratos de Carlos IV y María Luisa de Parma (1799), de Francisco de Goya; cuadro Caballo Blanco (1634-1638), de Diego Velázquez, es un prodigio de realismo y movimiento; o los tapices flamencos tejidos sobre cartones de Rubens.

Antes de abandonar el edificio, merece la pena contemplar las vistas desde el mirador de la Galería, mejor si puede ser al atardecer cuando la luz baña la ciudad de tonos rojizos.

Concluida la visita a la extraordinaria colección, el Palacio Real de Madrid espera al viajero. Construido sobre los restos del antiguo Alcázar de los Austrias –destruido por un incendio en 1734–, este edificio real fue levantado por Felipe V siguiendo el modelo de Versalles, una mezcla de barroco y estilo clásico, y predominancia de las grandes dimensiones tanto en el interior como en el exterior.

El mayor palacio real de Europa en la actualidad –con 135.000 metros cuadrados y 2.500 estancias– fue residencia oficial de los reyes hasta Alfonso XIII y hoy se utiliza para ceremonias de Estado. La visita permite recorrer estancias como el Salón del Trono, la Capilla Real, la Sala de la Corona o la Escalera Principal, donde se mantienen frescos, tapices y mobiliario histórico.

Símbolos madrileños de cultura y recreo

El Palacio Real se abre ante la imponente plaza de Oriente, un símbolo de recreo para los madrileños que viven por la zona y aquellos que desean pasear por este entramado de zonas verdes vigilado por la colosal escultura ecuestre de Felipe IV, la primera de este tipo en el mundo. La plaza fue concebida en tiempos de José Bonaparte y frente a ella se alza el Teatro Real, inaugurado en 1850. Es considerado uno de los templos operísticos más prestigiosos de Europa, y su programación anual atrae a visitantes de todo el mundo, aunque también se puede realizar una guiada al margen de las actuaciones.

Los jardines del Campo del Moro acompañan la majestuosidad de estos edificios. Un espacio verde de 200.000 metros cuadrados a la espalda del Palacio Real que recibe su nombre de un episodio medieval: tropas musulmanas acamparon en 1109 para intentar reconquistar Madrid. Y en la fachada norte del edificio real, otro espacio de recreo, los Jardines de Sabatini. El antiguo lugar donde se ubicaban las Caballerizas Reales se convirtió en el actual ejemplo de simetría neoclásica en 1935. Su estanque central, rodeado de esculturas, es uno de los lugares más fotografiados de la ciudad, especialmente al atardecer.

Donde la espiritualidad y el arte dialogan

La panorámica de Distrito Real de Madrid no se entiende sin la Catedral de la Almudena, en honor a la patrona de Madrid, un edificio de estilo ecléctico cuya cúpula se erige sobre el cielo de la capital a 70 metros de altura. Consagrada en 1993 por el papa Juan Pablo II, este templo fue el resultado de más de un siglo de obras. El museo y la cripta completan su visita. Y a pocos metros, esperan al viajero dos joyas madrileñas no tan conocidas: los monasterios de la Encarnación y de las Descalzas Reales. El primero guarda relicarios barrocos y un claustro imponente; el segundo, conserva tapices de Rubens y pinturas de Tiziano.

Sin embargo, Distrito Real de Madrid no se limita a la contemplación pasiva. Cada primer miércoles de mes, la Guardia Real realiza en la Plaza de la Armería –entre la Catedral de la Almudena y la fachada sur del Palacio Real– un Relevo Solemne con 400 efectivos, caballos y artillería, evocando el protocolo del siglo XIX. También se celebran otros relevos de guardia semanales en la Plaza de Oriente y conciertos en la Capilla Real.

El corazón de Madrid más allá de la capital

El Distrito Real de Madrid se complementa con otros enclaves de Patrimonio Nacional, situados fuera de la capital de España, a menos de una hora de desplazamiento. El Real Monasterio de El Escorial, el Palacio de Aranjuez y el Real Sitio de El Pardo forman un triángulo histórico que narra la historia monárquica sobre territorio madrileño articulada a través del poder, el arte y la naturaleza. El primero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fue monasterio, panteón y centro político de Felipe II. Antes que este, la edificación de Aranjuez fue el primer paisaje cultural español reconocido por la misma institución. Y, por último, el palacio de El Pardo, rodeado de bosques, es hoy residencia de jefes de Estado extranjeros cuando visitan España.

Puede consultar la guía de Distrito Real de Madrid en estos enlaces: https://www.visitmadrid.es/ y https://aehm.es/