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Robert Redford habló de cómo le gustaría ser recordado y del “lado oscuro” de la fama

Cuando anunció su retirada de la actuación, señaló en una entrevista en ‘El País Semanal’ que desearía que su legado incluyese su labor medioambiental

Robert Redford, retratado en 2004 en Beverly Hills.
El País

Robert Redford ha muerto a los 89 años en su residencia en Utah, en Estados Unidos. Desde 2019 —excepto por un reciente cameo de unos segundos junto a George R. R. Martin— estaba retirado de la actuación. Cuando tomó la decisión de dejar de interpretar, a los 82 años, conversó en una entrevista en El País Semanal sobre su legado.

Cuando la periodista Rocío Ayuso le preguntó cuál es la película por la que querría ser recordado, Redford respondió: “Me gustaría ser recordado por todo el trabajo en televisión, en cine, en teatro. Y por mi labor medioambiental”. Un activismo en el que invirtió parte de su fortuna.

El actor contaba que su interés por el medio ambiente comenzó de niño. Tras varias semanas enfermo de polio, a los 11 años, su madre le llevó de excursión fuera de Los Ángeles. Nunca había salido de la ciudad y en aquel primer viaje visitó el parque natural de Yosemite. “Cuando atravesé el túnel de entrada y llegué a lo que se llama Inspiration Point, me di cuenta de que no quería verlo, quería estar ahí, en medio de ese majestuoso paisaje. Supe que de mayor quería tener dinero para comprar tierra y preservarla, jubilarme admirando su belleza”, dijo. Y añadió: “No pasarían muchos años hasta darme cuenta de que la naturaleza de nuestro país, lo que nos da la fuerza y nos separa de Europa, es que somos una sociedad orientada al desarrollo. Nos expandimos y generamos riqueza, pero ¿qué nos va a quedar si continuamos a este ritmo? El futuro no tiene que estar solo orientado al desarrollo, sino a la conservación si buscamos la supervivencia de nuestra especie. En caso contrario, ¿para qué tener hijos? Por eso decidí dedicar mis esfuerzos al medio ambiente".

Redford también habló de lado oscuro de la fama y de su relación distante con Hollywood. “Supongo que influye el hecho de que nací en Los Ángeles, en Santa Mónica; que viví y me crie en un barrio trabajador, y que Hollywood nunca me pareció un lugar mágico. No fue mi sueño, como el de muchos otros”, señaló.

A él, dijo, la fama le llegó de forma inesperada: “Empecé como todos, sentado en un banco junto a otros muchos esperando para poder hacer una audición por un papel que alguna vez conseguía, pero la mayoría de las veces no. Y de ahí di el salto a verme tratado como un objeto. El lado oscuro de la fama. Primero uno se siente tratado como un objeto, luego se comporta como un objeto y finalmente, como no tengas cuidado, uno se convierte en un objeto. Hollywood es bueno para los negocios, pero prefiero vivir en otro sitio”.

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