El Boss y la E Street Band empezaron a tocar a las 21.35 y terminaron sobre la una de la magrugada. De hecho, rara vez las actuaciones del de Nueva Jersey duran menos de tres horas.CRISTÓBAL MANUEL“¡Hola, Madrid!”, dijo tres veces Springsteen para abrir su concierto. Y el público, como siempre, respondió con el entusiasmo que suele acompañar las actuaciones del rockero americano.CRISTÓBAL MANUELEl Boss tocó muchas canciones de su último disco, 'Wrecking ball', de 'We take care of our own' a 'Death to my hometown', pasando por 'Jack of all trades'.CRISTÓBAL MANUELTambién hubo espacio para temas menos frecuentes como 'Youngstown', 'Be true' y 'Murder incorporated' y para joyas como la poco conocida 'Spanish eyes'.CRISTÓBAL MANUELUno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando Springsteen dedicó 'The river' a Nacho, un joven aficionado fallecido recientemente.CRISTÓBAL MANUELTal vez lo mejor del concierto fue la parte central, esa en la que Springsteen empieza a regalar sorpresas y convierte cada noche en una experiencia inédita y sin posibilidad de repetición.CRISTÓBAL MANUEL'Because the night', 'Thunder road', 'Hungry heart' y 'Tenth avenue freeze-out': el final ofreció un clásico tras otro.CRISTÓBAL MANUELComo hace dos semanas en Lisboa, como acostumbra, Springsteen siguió tocando hasta que pudo. Cuando las luces del escenario ya estaban encendidas, invitando al público a volver a sus casas, el Boss cantaba su versión rockera de 'Twist and shout'.CRISTÓBAL MANUEL
