La colección se ha presentado en varios pases íntimos. Lo que ha incrementado el misterio y, por lo tanto, la expectación. Philo es una mujer que no teme poner a su familia por delante de su trabajo. Abandonó Chloé para dedicarse a sus hijos y estuvo durante dos años retirada de la moda. En 2008, el grupo LVMH la sedujo para volver a una compañía que había comprado en 1996 y que había seguido un rumbo errático. Solo aceptó a cambio de no trasladarse a París y diseñar desde Londres.El color es la gran novedad de una colección que mantiene el minimalismo pragmático que ha convertido a Céline en una referencia. Su influencia puede verse ahora mismo en todas partes. En las grandes cadenas textiles, pero también en multitud de otras compañías de lujo rivales. Los pantalones, tan escasos en otras colecciones, dominan en la colección de Philo.Las cremalleras recorren toda la colección. Surcan los vestidos de piel y también sorprenden en las espinillas de los pantalones. Estos se acortan y se ensanchan apostando por una silueta más generosa y amplia. Acaso un reflejo de la maternidad de Philo, una diseñadora que tiende a proyectar sus propios anhelos y apetencias en la ropa. Y que acaso por eso conecta tan bien con sus consumidoras.Céline es una compañía de marroquinería. Algo que Philo ha puesto en valor desde su primera colección para la marca (la de primavera/verano 2010). La piel es ampliamente tratada en las 26 salidas de su presentación. Bloques de diferentes materiales se combinan en abrigos y tops. Ese efecto de collage también se logra con los estampados.Entre los hallazgos de Philo se cuentan los bolsos. Un asunto capital para una marca de lujo. Bajo su dirección, Chloé lanzó el exitoso Paddington. En Céline ha conseguido un hito parecido con el modelo Boston. Para otoño/invierno 2012, presenta bolsos de mano, grandes y dúctiles en blanco, negro y marrón.
