La CUP se desmarca del referéndum que pide el Govern

La tradicional manifestación de la izquierda independentista anticapitalista que durante décadas se ha celebrado la tarde de la Diada transcurrió ayer sin incidentes remarcables en el centro de la capital catalana. Más de 4.000 personas, según la Guardia Urbana de Barcelona, y 15.000 según las entidades organizadoras —entre las que se encontraban la CUP, Arran, Endavant y el sindicato estudiantil SEPC— recorrieron las calles del distrito de Ciutat Vella reivindicando la independencia junto con diferentes “luchas de clase”. En los discursos del final de la protesta la concejal anticapitalista en el Ayuntamiento de Barcelona, Maria Rovira, lanzó un mensaje al presidente del Gobierno y al de la Generalitat: “No aceptaremos un nuevo referéndum señor Torra, ni un nuevo Estatut señor Sánchez”.

A las 18.30 comenzó la marcha en la plaza Urquinaona tras una pancarta que rezaba: “En los Países Catalanes. Autodeterminación para que no decidan por nosotros. De abajo hacia arriba. Unamos fuerzas. Salgamos a la calle”. La marcha ha transcurrido por la calle Trafalgar y ha bajado por el paseo Lluís Companys, paseo Pujades hasta la calle Comerç y la plaza Comercial donde ha concluido la protesta con un mitin político. Durante la manifestación se corearon proclamas como: “Fuera las fuerzas de ocupación”, “los Mossos también son fuerzas de ocupación”, “uno de octubre ni olvido ni perdón”, la tradicional proclama “las calles serán siempre nuestras”, “sin desobediencia no hay independencia”, “basta de represión, ni exilio ni prisión”.

Entre los manifestantes se encontraban los diputados de la CUP como Carles Riera y Natàlia Sànchez. Nada más llegar a la plaza Comercial, los asistentes escucharon un mensaje grabado de la exdiputada Anna Gabriel desde Suiza en el que reivindicaba “la lucha de las trabajadoras y de las migradas”.

Entre las intervenciones políticas —además de la de la concejal Maria Rovira— participó Bárbara Roch activista por el derecho a vivienda que concluyó: “El uno de octubre votamos y ganamos. El tres de octubre volvimos a ganas. Fuimos a la huelga no a un paro de país”.

La izquierda anticapitalista exigió la puesta en marcha de la “República catalana”.