El Nuevo Apolo reabre tras ganar la batalla a la normativa de Botella

El Teatro Nuevo Apolo ya es un local de especial interés cultural y podrá volver a subir el telón después de pasar todo un verano precintado. El detonante para el cierre de uno de los escenarios emblemáticos de Madrid fue la denuncia de una vecina por supuestas molestias provocadas por el ruido, La situación, sin embargo, es más compleja y viene dando coletazos desde 2011. En febrero de ese año, la por entonces concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, Ana Botella, aprobó la normativa de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica. Esa polémica ordenanza le ha dado más de un quebradero de cabeza a las salas de conciertos y teatros de la capital.

La norma prohíbe superar los 80 decibelios de aislamiento sonoro en áreas residenciales durante la noche. Aunque permite cierta flexibilidad "modificando o suspendiendo con carácter temporal" ese tope "en actos con especial proyección cultural, religiosa o de naturaleza análoga". Acogerse a esa cláusula es lo que le ha permitido al Nuevo Apolo reabrir sus puertas tras una batalla de varios meses.

"Ningún teatro antiguo de Madrid es capaz de cumplir con esos niveles de aislamiento, ni siquiera los municipales" explica Carlos López, uno de los gestores de este local inaugurado en 1932. "La normativa le da poder a un solo vecino para decidir si cierra un teatro o una sala de música". La única persona que se ha quejado por el ruido de este longevo local cultural sito en la plaza de Tirso de Molina, según López, es la mujer que interpuso la denuncia, propietaria de un inmueble próximo en el que no reside.

La pertenencia al censo especial de la normativa contra el ruido está supeditado a una condición, la de no molestar a los vecinos. Tienen el aval de la mayoría de ellos, incluso el de la inquilina que tiene alquilado el inmueble propiedad de la denunciante. Una de las medidas que han tomado a lo largo del proceso es la de recoger firmas de apoyo de los residentes de la zona.

Carlos López les agradece a ellos y a algunos representantes del nuevo gobierno municipal su especial implicación en la tarea de volver a retomar la actividad, cuyo cese había dejado en la calle a 40 trabajadores directos. López se refiere en concreto a la delegada del Área de Cultura y Deportes, Celia Mayer y al grupo socialista. "Han demostrado una sensibildad especial con nuestra situación".

El teatro retomará su andadura cultural con el Ballet Chongging de China, un espectáculo que fusiona danza contemporánea y artes marciales. En la programación de la nueva temporada que comienza hay espacio para un cartel de lo más heterogéneo. El escenario también vibrará de nuevo en los próximos meses con el concierto del vocalista de jazz Gregory Porter, con la nueva obra de Antonia San Juan y Luis Miguel Seguí, Lo malo de ser perfecto o con el musical Trágala, Trágala, de Íñigo Ramírez de Haro.