El esquivo e incombustible jefe de la policía ourensana

El intendente principal de la Policía de Ourense, Abelardo Ulloa (Ourense, 1954) trabajaba a mediodía de ayer en su despacho oficial, del que apenas sale, cuando fue interrumpido por agentes de paisano del servicio de Vigilancia Aduanera. Ulloa cambió el uniforme por un traje de calle y se fue detenido, sin esposar, ante el asombro de la plantilla.

Ulloa es un histórico en Ourense. Ganó la plaza de intendencia principal —la de mayor categoría en el cuerpo: pasa por ser el único con este rango en Galicia— a finales de los ochenta. Su carácter escasamente sociable es conocido en la ciudad. Como sus pequeñas “manías”. Es el único jefe de policía de Galicia que no utiliza el uniforme actual —de color azul— impuesto por la Xunta hace un par de años. Él sigue vistiendo la camisa blanca, a diario y en los actos oficiales a los que asiste. Pocos.

El intendente principal ha mantenido inquebrantable ese carácter reservado y esquivo no solo en su actividad profesional (nadie lo recuerda en un ningún suceso importante de la ciudad, al menos vestido de uniforme) sino que también ha mantenido aislada a la plantilla con respecto a las otras fuerzas de seguridad: Guardia Civil y policía nacional. Hasta el punto de que no ha asistido prácticamente nunca a los actos públicos con representantes de estas otras dos organizaciones policiales. Un detalle que siempre le han reprochado.

Este hombre de pocas palabras, que apenas ha convocado actividades o cursos de formación o reciclaje de su plantilla, ha mantenido, sin embargo, perfectas relaciones con cuantos alcaldes han pasado por la ciudad (de distinto signo) en las casi tres décadas en las que lleva al frente del cargo. Nunca trascendieron polémicas con ninguno de ellos. Sí, comidas u otros encuentros oficiales. Su segundo en el cuerpo, la intendente jefa María Barrera, hija del Comisario de Ourense, lo sustituye desde hoy en el cargo.