El Valencia acorrala al Lagun Aro
Los de Perasovic apean de los ‘playoffs’ a los donostiarras, sin Andy Panko

Huérfano de Andy Panko, lesionado en el cuello, el debutante Lagun Aro fue apartado ayer por el Valencia de las eliminatorias por el título tras perder el tercer encuentro de la serie. Tras la estratosférica remontada del pasado domingo en Illumbe, los de Sito Alonso cogieron el choque con ganas y demostraron su calidad y valía a lo largo de todo el igualado encuentro. Los de Vladimir Perasovic se medirán en semifinales al Barcelona, que llega descansado tras eliminar de dos zarpazos al Lucentum Alicante.
En un choque sin margen de error, Doblas cogió las riendas del equipo en el primer cuarto y el Valencia tuvo que conformarse con forzarse desde la línea exterior. A los donostiarras se les notaba la ilusión por alcanzar las semifinales en cada jugada, en cada pase. Por su parte, los valencianos no podían ocultar una creciente preocupación por el resultado. El equipo sorpresa de la ACB había roto el pasado domingo la racha negativa de ocho derrotas seguidas en sus enfrentamientos directos con el Valencia. Se había abierto la veda. Como la estrategia ofensiva y defensiva acompañaron, los de Alonso fueron por delante en el marcador durante la mayor parte de la primera mitad del choque. Salgado tuvo un papel estelar en el choque y logró guiar bien al resto de jugadores, que mezclaron arrojo y paciencia en su justa medida. Pero Pietrus salió al rescate de los suyos y, junto a un gran Newley, remontaron un choque que se les había empezado a complicar.
El Lagun Aro, equipo revelación de la temporada, demostró que la experiencia individual de los jugadores compensa la colectiva, pero el tercer cuarto se le torció sobremanera. En un visto y no visto, los de de Vladimir Perasovic se colocaron, de la mano de la actuación estelar de Caner-Medley en el poste bajo, a 13 puntos y toda esperanza pareció esfumarse. Sin embargo, una canasta de Baron insufló vida al partido y a sus compañeros, que acusaban ya a esas alturas un notable desgaste físico. Cuando la remontada ya era un hecho (70-65), una vez más, De Colo paró la hemorragia.
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