
El ‘partido’ del Rey
El cabreo de la derecha por los pactos de Sánchez con ERC enmascara también un debate maniqueo sobre la pretendida neutralidad de las instituciones

Politóloga y periodista por la Universidad Pompeu Fabra. Es autora del libro 'El berrinche político: los años que sacudieron la democracia española 2015-2020' (Destino). Es analista en EL PAÍS y en el programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER. Presenta el podcast 'Selfi a los 30' (SER Podcast).

El cabreo de la derecha por los pactos de Sánchez con ERC enmascara también un debate maniqueo sobre la pretendida neutralidad de las instituciones

La política debe entender lo que la sociedad ya entiende en las casas de la mano de los jóvenes. Las leyes no están para resolver dilemas filosóficos ni cuitas partidistas, sino para garantizar derechos concretos

Para muchos jóvenes, la formación ‘abertzale’ supone hoy la forma de canalizar sus aspiraciones de justicia social en un partido netamente vasco. El pasado quizás aparece como algo alejado

El machismo trasciende a las edades. La cuestión no se limita a celebrar los logros ya conquistados, sino que se deben detectar los factores que impiden seguir progresando

El país presidido por Zelenski nos ha sacado de nuestra zona de confort y ha devuelto el imperio de la memoria a generaciones enteras

Una visión centralista ha exacerbado los últimos años una serie de características fruto del cambio generacional: la polarización, el espectáculo de un Congreso convertido en plató y la eclosión de personalismos con proyección nacional orientados al lenguaje de las redes

Hay muchas formas de realizarse en la vida y todas son legítimas: con pareja, con hijos, o sin ellos

Cuarenta años después de la victoria de González, sigue habiendo futuro si la izquierda es capaz de tejer un relato nacido de la realidad de los pueblos, de las familias, de las personas de la calle

El miedo ante la amenaza nuclear paraliza o impide ver otras posibilidades, como cuestionar la pontificada superioridad del presidente ruso

Una nueva filosofía de lo público se abre paso en España frente al desasosiego de acabar en situación precaria o incluso mísera o sin calidad de vida para otros proyectos personales

Esta cultura aún presiona a los varones para ser algo, ya no únicamente frente al mundo, sino como príncipes azules de las mujeres

El progresismo no puede conformarse con sólo prometer ayudas del Estado o acabar pareciendo un voto de privilegiados con conciencia de justicia colectiva

La desigualdad es material, de pertenencias, de dinero o facilidades. Pero sus implicaciones son también psicológicas, como fuente de autoestima que forja identidades o imaginarios de grupo

Estar solo es una metáfora de la vida: vinimos y nos iremos desnudos

Bajo la coletilla de que “lo personal es político”, voces del progreso llevaban tiempo esparciendo su moral sobre la vida privada, tratando de colonizar desde el lenguaje hasta la organización del hogar o la familia

La anunciada movilización sindical supone una retroalimentación entre CC OO, UGT y la vicepresidenta segunda. Los sindicatos no se habían visto en otra igual desde que ella forma parte del Gobierno

Cualquier causa puede volverse antipática cuando los oportunistas de uno y otro lado encuentran un caladero de votos en el malestar ciudadano

Si mi libertad de no tener hijos causa problemas, sólo es el resultado de haberme creído que podía escoger mi destino y de las conquistas de las que antes vinieron

La desigualdad está tomando tintes generacionales, un debate que tiene mucho de clase, pero también de justicia bajo una crisis de inflación que obliga a reordenar las prioridades

Los privilegiados jamás descubrirán si son realmente eso o sólo el fruto de su rico contexto vital. Porque ellos no tuvieron que pelear por su autonomía o luchar por hacer valer su voluntad

Las mujeres asumimos que la crítica es inherente a ocupar puestos visibles y, aun así, decidimos vivir sin agachar la cabeza, reivindicando las esencias de una misma. Y eso duele a algunos

Los sueldos en España deberían ser un escándalo, pero si uno ha nacido subsistiendo, y es lo que palpa en su entorno diario, acaba viendo diluida la noción de sufrir una tragedia individual o colectiva

El presidente está acostumbrado a ganar contra todos. Lo hizo contra el aparato socialista y después contra Rajoy. Veremos si también lo hace ahora contra los señores de las finanzas o es vencido en los despachos y en las urnas

Hay Estados en Europa cuyos jóvenes pueden alcanzar la madurez con poco paro, buenos salarios, mercado laboral próspero y conciliación real. En España, en cambio, es difícil abandonar la ñiñez ni siquiera a los 35 años

El alumno con el mejor resultado de acceso a la universidad elige ser feliz y encarna un cambio de paradigma

El problema del Ejecutivo no es tanto de gasto público o de leyes, sino que los ciudadanos piensan que el futuro no será mejor que el presente, algo estructural en los tiempos que corren

Toca realismo, y no relatos impostados que quedan bien en boca de voceros, pero no se creen ni los propios votantes progresistas, y acabarán teniendo consecuencia en las urnas

Hoy resulta más importante que nunca tener en cuenta a esos varones, que son muchos y que ejercen de centinelas del avance de la regresión machista

Los ciudadanos que votan a estos partidos sospechan que algo se tambalea de cara al mañana y seguirán buscando el bienestar en algún lado. Si no se lo ofrecemos, lo buscarán en la nostalgia reaccionaria

El paradigma de la “solidaridad intergenercional” ha reventado: los jóvenes no entienden que se suban las pensiones más altas de jubilados con la casa pagada mientras a ellos se les condena a la precariedad

El progresismo puede averiguar cómo volver a dar oportunidades a quienes no las tienen con el fin de lograr una vida digna, no sólo para volverse líderes sociales. Es la diferencia entre blandir fetiches o entender la condición humilde

La política debe huir del paternalismo. En caso contrario, la izquierda acaba pareciendo cada vez más regañona, más puritana, más moralista

El halo de corrupción se ha convertido en una picadora dentro del PP y nadie sabe qué puede o quiere hacer el nuevo líder de la formación para dejar atrás el pasado

La izquierda puede perder el Gobierno si no entiende la necesidad ciudadana de palpar el arraigo de sus representantes a través de un sentimiento de pertenencia local o cercanía

El Gobierno tiene poco margen para satisfacer a ERC por los casos de espionaje y salir indemne, pero a la vez los republicanos han puesto el listón muy alto en su relato del agravio

La pulsión juvenil es, de fondo, la quiebra del paradigma de la esfera pública, de lo colectivo, lo comunitario, en nuestras sociedades democráticas

Ninguna democracia aguanta ya en Europa ni un minuto más el discurso del miedo para frenar el avance iliberal. Quizás el escaso aguante de la juventud sea la catarsis que el progresismo necesita para salir de su letargo y despertar

La igualdad prometida todavía no se ha consolidado, así que es normal que muchas mujeres jóvenes se sientan engañadas pero no podemos ceder. Asumamos de una vez por todas que hoy somos las nuevas revolucionarias
Si Casado cree que ganará sin su activo más carismático, se equivoca: el PP es hoy un reino de taifas sostenido por sus barones y no por su errática estrategia

La falta de expectativas en el ámbito laboral y el inmovilismo político están arrojando de forma alarmante a la juventud a un nuevo paradigma antisistema, individualista y reaccionario