Miles de personas entierran los combustibles fósiles en una marcha en Belém durante la COP
Líderes indígenas y sociedad civil enterraron de forma simbólica al petróleo, gas y carbón en un acto paralelo a las negociaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático

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Entre cantos, bailes y murmullos, llegaron tres tumbas negras, de entre cinco y siete metros de altura, a los exteriores del nuevo Mercado de São Brasil, en Belém. No faltaron las viudas a su alrededor, pero los asistentes no las esperaban con tristeza, sino más bien con la esperanza de que este funeral simbólico se convirtiera en una realidad. Cada caja tenía un nombre: Gas, Coal (carbón) y Oil (petróleo). Delante de las estructuras gigantes, una boa, sostenida por una decena de personas, zigzagueaba de un lado al otro y, custodiándola, una fila de más de 80 jaguares se imponía en las calles de la ciudad amazónica.
Así, estos animales emblemáticos de la Amazonia, comenzaron a caminar, abriendo paso para que los más de 50.000 asistentes, que según los organizadores, participaron en el Funeral de los Combustibles Fósiles. “Es un acto simbólico, pero un mensaje político. Los negociadores en la COP necesitan construir la ruta de camino para enterrar y acabar de una vez los fósiles”, dice Joao Talocchi, cofundador de la Alianza Potencia Energética.
Mientras en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), aún se está tratando de discutir sobre transición energética, los representantes indígenas y sociedad civil, ya estaban enterrando a los tres combustibles fósiles en las calles.
Un recorrido de colores
“No es crisis climática, es violencia climática”, gritaban los integrantes de la marcha, en referencia a la extracción de petróleo en sus territorios. Al mismo tiempo, algunos cargaban frases como: “financiamiento directo para la Amazonia“, “alimentemos al mundo sin destruir el planeta” y “2050 ya está muerto antes de llegar”, en referencia al año en el que, según el acuerdo de París, se debería alcanzar la neutralidad climática y, por lo tanto, la potencial fecha límite para la eliminación gradual de combustibles fósiles.
Otros llevaban grandes carteles que simulaban una factura vencida, haciendo alusión a los recursos financieros para combatir al cambio climático, al igual que al financiamiento que se espera que llegue de forma directa a los pueblos indígenas, pero que aún no es una realidad.

“El arte está mostrando la transición de una forma lúdica. En el frente tenemos ataúdes, mujeres llorando y la muerte que demuestra el final de la era fósil y atrás tenemos la representación artística de este futuro a color”, explica Talocchi. Según cuenta, detrás de los actos fúnebres, la marcha se vistió de diferentes colores, simbolizando la transición energética justa, que es una de las principales exigencias en la COP30.
Las máscaras, trajes, ataúdes y elementos exhibidos en el funeral fueron realizados por la Escuela de Arte, Teatro y Danza de la Universidad Federal de Pará, en Belém. “La COP viene a la Amazonia y esto es la Amazonia llegando a la COP”, suma.
A pesar de los 33 grados centígrados de la ciudad amazónica, los participantes en la marcha caminaban sin detenerse para descansar. A su paso, los espectadores saludaban y tomaban fotos desde los balcones y restaurantes. Después de casi 7 kilómetros, llegó el momento esperado.
“Esperamos una hoja de ruta clara para salir de los fósiles y proteger la biodiversidad, la naturaleza y nuestros derechos”, afirmó Juan Carlos Jintiach, secretario ejecutivo de la Alianza Global de Comunidades Territoriales.

La multitud finalmente enterró en una ceremonia a los fósiles. Tras este acto, las tres tumbas fueron colocadas en los exteriores de la sede de la COP30 como un recordatorio de lo que se espera se concrete para el final de estas negociaciones.
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