Ir al contenido
_
_
_
_

Frank Cuesta admite que compró los animales de su recinto, y luego señala que lo hace bajo amenazas

El ‘youtuber’ y naturalista reconoce después que su confesión forma parte de un “acuerdo” con un excolaborador

Frank Cuesta, en la promoción del programa 'Wild Frank', en 2019.Foto: Europa Press Entertainment (Getty Images) | Vídeo: FRANK CUESTA
Álvaro Ruiz

Frank Cuesta ha admitido que los animales que decía haber rescatado y que cuidaba en su santuario en Tailandia en realidad han sido comprados. En un vídeo de apenas dos minutos, en el que se limita a leer un comunicado, el youtuber y naturalista español ha confesado también que no sufrió cáncer, que no es veterinario y que nunca ha rescatado animales, sino que su actividad en el santuario fue en realidad “un show que se le fue de las manos”. Pero pocas horas después, Cuesta (León, 53 años) ha abierto un directo en su canal de YouTube para desdecirse en parte de su confesión. En el directo, Cuesta explica que en el vídeo estaba en realidad leyendo un guion y que eso formaba parte de un acuerdo con una tercera persona para que esta no filtre conversaciones personales entre ambos. “El acuerdo es que si yo hacía el vídeo, él dejaba de filtrar cosas personales y acabar [así] con el acoso”. El naturalista se refiere a la filtración de unas conversaciones telefónicas y, aunque no lo dice explícitamente, desliza que dicho guion fue escrito por Chi Wildlife, pseudónimo de internet de un excolaborador de su santuario.

En la retransmisión en directo, el youtuber manifiesta que lleva dos meses “recibiendo amenazas” de publicar más grabaciones comprometedoras, aunque le consta “que llevan preparándolo desde agosto de 2024″. También ha aludido a su pareja y a sus hijos, como afectados por “semanas y semanas de acoso”. Uno de sus hijos, Saris Felix Cuesta (conocido como Zape), ha publicado en Instagram un mensaje en el que dice sentir “muchísima pena” escuchar a su padre “forzado a leer” que nunca ha tenido cáncer, cuando él “ha visto su pelo caer a cachos durante el tratamiento”.

Cuesta ha publicado el vídeo de YouTube en el que reconoce que compró animales varios días después de que se filtraran unos audios en los que ya admitía esa práctica y ha justificado su cambio de versión a un “problema” propio de “mitomanía y ego”. Gran número de personas cuestionaron en los comentarios al vídeo que Cuesta hablara en serio, pero el naturalista ha salido al paso y aclaró por la misma vía que “no es sarcasmo”.

El tono neutro con el que el comunicador habla choca con la imagen que muestra habitualmente en pantalla: desde su participación en el programa que lo llevó a la fama, Frank de la Jungla, siempre ha mostrado una actitud irónica y guasona. Pero en los últimos tiempos ha sufrido varios reveses: los ataques de los animales de su recinto aumentaron, su exmujer lo denunció varias veces y cinco patrullas de la policía tailandesa se personaron en su casa. Cuesta fue acusado entonces de tenencia de animales protegidos sin licencia, pasó dos días en prisión y salió con libertad condicional.

El youtuber insistió en que la tenencia de animales era perfectamente legal y acusó a su expareja, la tailandesa Yuyee, y al exsocio Chi Wildlife de urdir un plan en su contra. De hecho, ha sido este exsocio, que no ha desvelado su nombre real, quien ha filtrado los audios, en los que Cuesta hablaba de envenenar a los perros y gatos que se colaban a su santuario, de cortar los cuernos a un ciervo que le había embestido o de “comprar [pistolas] táser” para defenderse de los animales.

En el vídeo del que luego se ha parcialmente retractado, Cuesta admite que “la mayoría de los animales que han muerto” lo hicieron por su “propia negligencia”, aunque explica que “la situación ha mejorado”.

Una de las filtraciones de audio que más ha sorprendido a la comunidad de seguidores de Cuesta es en la que se le oye hablar con un traficante de animales. “Ve a Safari World y mándame los precios”, le dice Cuesta a otra persona en una conversación telefónica publicada por El Mundo. El traficante le ofrece un pademelon [marsupial de pequeño tamaño] “por 100.000” (no aclara la divisa). Luego, ambos bromean: “Solo [quiero] cosas baratas. Baratas, baratas, baratas. Pídele la lista barata y yo se la compro. Ya sabes, animales con tres patas, sin cabeza…”. Una petición que choca con la lucha que el naturalista ha sostenido siempre que mantiene contra el tráfico de especies y que verbalizó en uno de sus lemas: “Sin demanda, no hay negocio”.

Después de su detención por tener sin permiso nueve nutrias y una serpiente roja tailandesa, Cuesta llegó a señalar a Chi Wildlife como su denunciante ante las autoridades. En el programa Código 10, el exsocio explicó, ocultando su rostro, que esos animales “no estaban registrados” y que la policía tailandesa acusaba a Cuesta de “tener una granja establecida para la cría de animales protegidos sin habilitación”. En el vídeo de confesión publicado esta madrugada, Cuesta admite ahora que la denuncia la interpuso “una ciudadana tailandesa” y, por tanto, no su exsocio.

“En su momento, hablé mal de Chi porque su proyecto podría haber sido una competencia para mi negocio”, admite Cuesta. Este excolaborador ya se había planteado dejar el recinto donde trabajaba con el leonés para abrir su propio refugio. El hecho provocó “celos” en Cuesta, reconoce él mismo, e hizo que “empezara a hablar mal a sus espaldas”. El naturalista zanja el asunto disculpándose y deseándole lo mejor en sus nuevos proyectos.

“Ni soy veterinario, ni soy herpetólogo”

Desde que comenzó su actividad en redes sociales, Frank Cuesta ha dado multitud de entrevistas en las que ha hablado de su actividad en el santuario, de su exmujer o de temas políticos. En ellos, de continuo ha mencionado que estudió la carrera de veterinaria. Pero el Colegio de Veterinarios de Tailandia declaró a El Mundo que Cuesta “nunca ha tenido una licencia profesional veterinaria” en ese país. En el vídeo de esta madrugada, primero lo admite él mismo: “Ni soy veterinario, ni soy herpetólogo. Tengo conocimientos que no son básicos de animales, pero tampoco son conocimientos profesionales”. Pero, luego, en el directo asegura que sí tiene estudios de herpetología y otras especialidades de la zoología y que puede ejercer como veterinario en un país, aunque no ha mencionado en cuál.

En 2019, Cuesta publicó un vídeo en redes sociales en el que se le veía sin pelo y más delgado. Sin decirlo directamente, deslizó que se debía a la recaída en un cáncer que había padecido en el pasado. Se trata de otra cuestión desmentida por él mismo en las últimas horas: “No tengo cáncer. Llevo años tratándome de una mielodisplasia [una enfermedad ósea que afecta a la sangre], pero no tengo cáncer”.

Tanto este vídeo como otro que ha publicado varias horas después con la misma puesta en escena y con un mensaje destinado a Yuyee y Kris, su pareja, vienen acompañados de una descripción que reza que pide disculpas “como parte del acuerdo” alcanzado con el filtrador de los audios. Frank Cuesta se encuentra en una disputa judicial con las dos mujeres, que aún no se ha resuelto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_