Lo nuevo llega, lo viejo no se va
Podemos corrige el pecado original: su mayor sentido es contra el poder y canta “sí se puede” para obtenerlo


Lo nuevo ha llegado al Congreso y lo viejo se ha quedado dentro. España no es otra, como dijo anoche Errejón: es la misma pero más escrupulosa en la convivencia. Exige a los partidos una altura perdida desde la Transición (al final era verdad que venía otra, si bien más cómoda): finezza y diálogo. España no es otra, pero los españoles han exigido a sus representantes lo que se ha ido perdiendo en estas tres décadas: política.
Los resultados han dicho que si se consigue un Gobierno estable el país será mejor; si nadie se entiende y todos se refugian en la ortodoxia, el sistema colapsa. Han confirmado que el bipartidismo es un edificio de renta antigua: viejo y a buen precio, imposible de evacuar sólo con espantaviejas.
A su erosión han contribuido movimientos de reacción: dos fuerzas políticas que han aparecido primero para cubrir una demanda urgente (intentar taponar el independentismo en el caso de Ciudadanos; corrupción en el de Podemos), y que después se han asentado en tiempo récord para aparecer como partidos de Gobierno.
Podemos es el triunfador de las elecciones; tanto es así que ayer se dio el lujo de sacar a Monedero a disfrutar de los últimos minutos como una de esas glorias que no suman pero dan las mejores vueltas al campo. El partido es fruto de una contradicción: su mayor sentido es contra el poder y canta “sí se puede” para obtenerlo. A limar eso ha dedicado, con incorporaciones y movimientos que han probado la paciencia de sus votantes, los últimos meses. Con éxito: los partidos también se hacen así, con microsuresnes, con microotanes.
La ideología ha estado presente en Podemos con una discusión asentada en emociones arriesgadas, tanto las esperanzadoras como las nocivas; en Ciudadanos ha sido un agente elusivo, algo que no tocar mucho salvo en asuntos elegidos electoralmente.
Podemos ha hecho política sin protección; Ciudadanos siempre se esforzó en ser el cambio con profiláctico: no hay enfermedad, pero tampoco gemelos.
Podemos ganó a su rival del eje viejo/nuevo y le enseñó los dientes al de izquierda/derecha, el PSOE. Sus diputados son la consecuencia de una época. Una en la que España, por decepción o indignación, no sólo no es otra sino que se parece más a sí misma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Análisis de ajedrez | Joya rápida de David Antón en Catar
¿Repetir o pasar de curso? Algunos daños colaterales
Detenido en Chiapas Yoel Alter, integrante de la secta Lev Tahor, por presunta trata de menores para matrimonios forzados
Ayuso aprueba un gasto extra de 106 millones de euros para el “reequilibrio” económico de tres hospitales de Quirón en 2025
Lo más visto
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- De celebrar el Gordo a temer no cobrarlo: la comisión de fiestas de Villamanín se dejó en casa un talonario vendido antes del sorteo
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”




























































