Sentimientos
La virtud de los Estados laicos es la igualdad que establecen entre lo que sienten sus ciudadanos


En un prólogo a las Poesías completas de Machado, Dionisio Ridruejo escribió, en 1941, que don Antonio no tenía ideas políticas, sino sentimientos. Esta burda torpeza, que le avergonzaría años después hasta llevarle a renegar de aquel texto, adquiere una insospechada relevancia este año en el que los creyentes han celebrado la Semana Santa en la misma semana en la que los republicanos hemos conmemorado el 14 de abril de 1931. Parece mentira tener que reivindicar a estas alturas que don Antonio Machado tenía ideas políticas y además sentimientos, pero más inverosímiles son las demandas que, de un tiempo a esta parte, admiten los juzgados. Los sentimientos religiosos, que en 40 años de democracia nunca habían representado un conflicto ni un peligro para la convivencia, se han convertido en la principal amenaza para la libertad de expresión. Al mismo tiempo, la ministra de Defensa ha decretado que las banderas de todos los cuarteles ondeen a media asta, entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección, como señal de duelo por la muerte de Cristo. Quiero dejar constancia de que esa medida ha ofendido tanto a mis sentimientos como a mis ideas políticas, dado que yo también tengo unos y otras. Porque me excluye de una de las principales instituciones del Estado, porque me convierte en una ciudadana de segunda clase, porque me devuelve al espíritu que inspiró aquel prólogo de Ridruejo. Mientras los jueces se comportan como agentes desestabilizadores de la paz social y la convivencia pacífica, me permito recordar que la principal virtud de los Estados laicos es la igualdad que establecen entre los sentimientos, religiosos o no, de todos los ciudadanos. Porque los míos valen tanto como los de cualquiera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Caicedo y Mr. Taxes promueven una izquierda alternativa a Petro y lanzan un salvavidas a Comunes
La justicia transicional cierra el cerco sobre Rito Alejo del Río, el general uribista que nunca salió del radar judicial
¿Debe tributar el salario mínimo? Esto opinan expertos, sindicatos, patronales y partidos
Los Pujol: un sumario más largo que el franquismo
Lo más visto
- Lituania declara el estado de emergencia para hacer frente a la oleada de globos procedentes de Bielorrusia
- El Congreso estudia una proposición de ley para unificar a todos los funcionarios de categoría A en un único grupo
- Nemo devuelve el trofeo que ganó en Eurovisión por el apoyo de la UER a Israel: “No creo que deba estar en mi estantería”
- La asociación de fiscales progresistas ve en la sentencia del Supremo “un giro constitucionalmente letal”
- Jornada política del 11 de diciembre de 2025 | El PSOE convoca este viernes a las responsables de Igualdad de sus federaciones por el ‘caso Salazar’




























































