Buscando a Cervantes
Una expedición inicia la búsqueda de los restos del insigne escritor en un convento de Madrid

En una expedición digna de Indiana Jones, un equipo de investigadores compuesto por antropólogos, forenses, alpinistas y expertos en momias ha iniciado la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias de Madrid. Ahí se cree que fue enterrado en 1616 el autor de Don Quijote de la Mancha y en ese punto se ha levantado el campo base desde el que se abordará la exploración de la enigmática cripta.
Cuatro siglos después de su muerte, la tecnología más avanzada se alía con quienes durante años han soñado con descubrir el reposo del insigne escritor. Hasta ahora se han utilizado instrumentos como los georradares para examinar el subsuelo de la iglesia. Se sabe que en ese laberinto de túneles, pasadizos y grutas hay restos óseos. La cuestión es si entre ellos estarán los de Cervantes. ¿Cómo determinarlo? A falta de pruebas de ADN hay otras pistas, como las muestras del impacto de una bala de arcabuz en el esternón —recuerdo de la batalla de Lepanto— o la mano izquierda atrofiada.
Para la exploración de la misteriosa necrópolis la expedición cuenta con el apoyo del alpinista Asier Izaguirre, que en esta ocasión no tiene delante los impresionantes ochomiles del Himalaya que acostumbra a escalar sino una misteriosa bóveda funeraria de casi cinco metros de profundidad. A través de pequeñas perforaciones, su misión será introducir una microcámara capaz de captar imágenes tridimensionales de los sepulcros ubicados en la galería subterránea.
Además de un gran estímulo cultural, encontrar la tumba de Cervantes es un reto científico de primera magnitud. Y aunque el cometido no es fácil, siempre caben esperanzas. Sirva como ejemplo el hallazgo hace pocos años de los restos del rey inglés Ricardo III, muerto en 1485, que fueron encontrados enterrados (y confirmados al 99,999%) bajo el aparcamiento de un edificio municipal de Leicester.
Pero conviene tener en cuenta que empresas tan ambiciosas como estas no salen gratis. Las Administraciones madrileñas han desembolsado ya importantes fondos para sufragar las complejas pesquisas. Esperemos que el éxito acompañe.
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