El fiscal de Milán pide la absolución de Dolce y Gabbana, acusados de evasión

El fiscal general adjunto de Milán, Gaetano Santamaría, ha pedido la absolución de los diseñadores Domenico Dolce y Stefano Gabbana, en el proceso que se sigue contra ellos por evasión de impuestos ya que en su opinión el delito "no existe". El argumento utilizado es que los modistos pagaron los impuestos correspondientes tanto en Luxemburgo como en Italia. Sin embargo, la Agencia Tributaria, que se ha constituido como acusación civil, pide que se confirme la pena. En primera instancia, los dos creadores fueron condenados a un año y 8 meses por evadir presuntamente 200 millones. El proceso se encuentra en fase de apelación.

La postura del fiscal se conoce después de que la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal de Apelación de Milán hiciera pública la petición de absolución para los otros cuatro acusados, empleados también de la empresa investigada, Gado. En el proceso se ha dirimido si Gado, una sociedad con sede en Luxemburgo, que constaba como propietaria de dos marcas que forman parte del grupo Dolce & Gabbana, pero que en realidad se gestionaba desde Italia sirvió para evadir impuesto. La empresa Dolce y Gabbana cedió el 50% de sus marcas a Gado por 360 millones en 2004. La acusación sostiene que la operación se realizó para evadir impuestos en Italia. Ahora, el fiscal general explica que la "sociedad luxemburguesa se constituyó cuando Dolce y Gabbana estaba en pleno proceso de expasión" y Luxemburgo tiene un sistema fiscal capaz de atraer inversiones. "La optimización del régimen de impuestos es lícita según las leyes europeas", asegura en su fallo. El fiscal también añade: "Como ciudadano contribuyente puedo sospechar y estoy satisfecho de que Hacienda se alarme. No me parecería rara una investigación también sobre Marchionne y Fiat cuando trasladaron la sede

Hace un año, los dos diseñadores también fueron condenados a pagar una gran multa de 343 millones de euros

Domenico Dolce y Stefano Gabbana no hacen más que continuar una larga tradición de desencuentro entre la fama y el fisco italiano. Desde Sofia Loren a Luciano Pavarotti, de Alberto Tomba a Valentino Rossi o al cantante de Módena Vasco Rossi han sido cazados por Hacienda. Un delito, el de la evasión fiscal, que constituye un gran problema para las finanzas italianas, pero que --lejos de suponer un baldón social-- ha sido tolerado, e incluso practicado, desde las más altas instancias del Estado. No en vano, la condena definitiva que, después de tantos años de procesos judiciales, ha terminado por apartar a Silvio Berlusconi de la política activa ha sido por fraude fiscal. Cometido, dicho sea de paso, al tiempo que dirigía el Gobierno de Italia.