Ni tú duermes mal por lo mismo que tu vecino ni os funcionará el mismo tratamiento: la ciencia dice que hay cinco tipos de insomnio
Dormir mal se ha convertido en una de las grandes epidemias de las sociedades occidentales. Y la ciencia ha empezado a demostrar que no todos los insomnios son iguales y que, por tanto, el tratamiento tampoco debería serlo.
Un dato para entender la magnitud: en España, cerca del 43% de la población presenta algún síntoma de insomnio. Los casos crónicos se han triplicado en 20 años y alcanzan ya unos 5,4 millones de personas.
¿Y cómo se trata? La principal recomendación es la terapia cognitivo-conductual para insomnio. Los fármacos solo deberían usarse a corto plazo.
Aquí es donde entra lo descubierto en España: un estudio reciente confirma la existencia de cinco subtipos de insomnio y revela que el 82% de quienes llegan a las unidades de sueño pertenecen a los grupos más complejos.
¿Qué diferencia a un subtipo de otro? Los rasgos personales y emocionales del paciente. Es decir, su historia de vida, cómo reacciona al estrés, su nivel de angustia, etc.
¿Por qué importa esta diferencia? Porque identificar el subtipo permite personalizar el tratamiento y aumentar la eficacia. No todos necesitan la misma terapia ni los mismos fármacos.
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