PLATAFORMAS
Placeres culpables: cinco series que quizá odias, pero si las empiezas no podrás dejar de ver

Muchos las critican, ocultan que las ven... pero acaban en el top de las listas de visualización de las plataformas. Series que se convierten en placeres culpables con millones de espectadores, pese a su mala fama.
Aquí cinco hate-watching (series que se ven por odio) en las que la audiencia cae muy a su pesar:
- Emily en París. La llegada este mes de diciembre de la quinta temporada de las aventuras de Emily ha vuelto a avivar las críticas en redes... pero sigue siendo una de las favoritas de Netflix.
- Dawson crece. Tiene el honor de ser la precursora del hate-watching: ya en 1998 acumulaba críticas con inquina en la rudimentaria web Television Without Pity.
- El verano que me enamoré. Un argumento poco original, gente guapa, playas infinitas, paisajes hermosos y casas bohemian-chic. Mucho odio. Pero ¿quién podría resistirse? A juzgar por el ruido que causó en redes sociales, nadie.
- Friends (cuando la revisitas años después). Durante diez temporadas, medio planeta estuvo centrado en las desventuras emocionales de sus seis personajes. Pero su recuperación reciente en plataformas sirvió para sacarle los colores: bien por su falta de diversidad racial, sus chistes homófobos o su toxicidad emocional. Aunque solo fuera para criticarla, volvió a boca (y pantalla) de todos.
- Élite. Nació ya como un placer culpable: absolutamente falsa, con físicos que rara vez se encuentran en institutos españoles y decorados de revista. Pero solo mató su éxito cuando trató de incluir crímenes e investigación en una serie en la que solo importaban los líos emocionales.
©Foto: Netflix