
VIVIENDA
No, tu casero no siempre tiene la razón: las cinco trampas más comunes que te cuelan en el contrato de alquiler
Firmar un contrato de alquiler debería ser el final de un largo proceso de búsqueda, pero muchas veces se convierte en una auténtica odisea. Un informe encargado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 al Observatorio Desca ha identificado las veinte cláusulas abusivas más comunes que muchos inquilinos aceptan sin saberlo.
Estas son algunas de las más llamativas (e ilegales):
- Retener la fianza por pintar las paredes. Muchos caseros se quedan con la fianza si el inquilino no deja las paredes exactamente igual que estaban. Pero la justicia ha señalado que los desperfectos por el uso normal no justifican retener el dinero.
- Subir el alquiler con efecto retroactivo. La ley lo prohíbe, ya que las subidas solo pueden aplicarse a partir de la fecha de firma del contrato.
- Hacer pagar al inquilino el IBI o el seguro de impago. El IBI es un impuesto del propietario, y el seguro de impago protege al casero, no al inquilino.
- Que el casero entre en casa “para revisar el estado”. Aunque avise, no puede hacerlo sin tu permiso ni antes de que termine el contrato.
- Penalizaciones desproporcionadas por retrasarte en salir del piso. Cobrar el triple del precio diario del alquiler por cada día de retraso es ilegal. Los tribunales lo consideran un castigo económico injustificado que rompe el equilibrio entre las partes.
©Foto: Getty Images