
Las sanciones que quieren asfixiar al Kremlin (y complican su maquinaria de guerra)
Donald Trump ha encendido la mecha de otra bomba diplomática en pleno tablero global.
¿Qué ha pasado? Ha incluido a Rosneft y Lukoil, las dos mayores petroleras rusas y responsables de la mitad de las exportaciones de crudo del país, en la lista negra del Tesoro.
¿Por qué es importante? Porque esta decisión, que deja fuera de los mercados internacionales a los gigantes del crudo rusos, ha provocado una sacudida inmediata.
- China, el mayor comprador de petróleo y gas rusos, ha dejado de adquirir crudo de allí y la India se lo está pensando.
- En Moscú, el silencio oficial contrasta con la furia del entorno del Kremlin, que ve cómo el mayor pilar económico del país se tambalea justo cuando más necesita financiar la guerra.
La economía rusa, en la cuerda floja. El petróleo y el gas son la columna vertebral de las finanzas rusas.
- Uno de cada cuatro rublos que ingresa el Estado procede de la energía fósil.
- Con un 40% del presupuesto absorbido por el gasto militar, las sanciones agravan una situación ya crítica.
La otra cara de la moneda. Bruselas busca nuevas vías para sostener a Ucrania y ha propuesto usar parte de los activos rusos congelados en la UE —unos 180.000 millones de euros— como garantía para conceder a Kiev un préstamo a interés cero.
- La Comisión Europea defiende la legalidad de la medida y prevé tenerla lista en noviembre, con el objetivo de que sea aprobada antes de que acabe el año.
- Si se cumple el calendario, Ucrania podría empezar a recibir los fondos a partir de abril de 2026.
©Foto: Mikhail Tereshchenko (EFE)