
El pastoreo ya no es cosa del pasado (y los nuevos pastores tampoco)
En las montañas, las dehesas y los pueblos, un antiguo oficio vuelve a cobrar fuerza. Cada vez más jóvenes con estudios universitarios apuestan por el pastoreo como una vida más sostenible, libre y conectada con la naturaleza. Son psicólogos, ingenieros o profesores que, tras la pandemia, decidieron dejar la ciudad.
Las escuelas de pastores se multiplican: desde 2020, han abierto nuevas escuelas en Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y, próximamente, en Galicia y Valencia. En ellas se aprende a ordeñar, hacer queso, manejar el ganado, usar GPS o gestionar la burocracia.
Un relevo generacional necesario: durante años, el pastoreo sufrió un corte en la transmisión generacional.
- Las nuevas escuelas buscan revertir esa tendencia ante el interés creciente de jóvenes por proyectos ecológicos, autosuficientes y rurales.
Un oficio con futuro (y con empleo): el pastoreo ofrece altas tasas de empleabilidad.
- En la escuela aragonesa La Estiva, el 90% de los egresados trabaja en el sector.
- Pero emprender es difícil. El principal obstáculo es el acceso a la tierra, escasa y cara.
©Foto: Samuel Sánchez